El Bazar de la Caridad era un mercado benéfico que se celebraba anualmente en París. Lo organizaban las monjas Dominicas e iba dirigido a la aristocracia. Como puente entre religiosas y nobles se encontraba Sofía Carlota de Baviera, Duquesa de Alençon —hermana de Sissí, emperatiz de Austria, y María Sofía, reina de las Dos Sicilias—, y miembro de la Tercera Orden de las Dominicas.
El evento se celebraba desde 1885 utilizando sitios diferentes. En el año 1897, el lugar escogido fue una nave de madera de la Rue Jean Goujon que se decoró en su interior recreando una calle del “viejo París”. El atractivo de esa edición era el reciente cinematógrafo.
Durante la celebración, el 4 de mayo de dicho año, se proyectaron películas de Lumière con una entrada de 50 céntimos, pero la imprudencia de los técnicos desató la tragedia. Al rellenar el éter de la lámpara de proyección, altamente inflamable, uno de ellos encendió una cerilla. Esto provocó una explosión a la que siguió un incendio que en menos de 15 minutos se había extendido a todo el edificio.
El número de muertos varía de una fuente a otra, pero las cifras oficiales hablan de 126, de los cuales 119 eran mujeres de clase alta. Esto provocó una reacción inmediata en la prensa, que acusó a sus nobles maridos de haber huido pasando por encima de ellas y los llamó «marqueses de la fuga».
Pero esto no fue así del todo. Es cierto que se produjo una avalancha humana y que la gente pasaba sobre los demás pisoteándose unos a otros, tal como cuentan los supervivientes. Sin embargo, no fueron exclusivamente los hombres. La propia hija del cónsul español en París logró salir con vida, según la prensa de la época, «encaramándose sobre un montón de personas».
El bajo número de varones muertos tiene más que ver con que, sencillamente, muchos no estaban allí. Era un evento destinado principalmente a mujeres, y de ahí la alta proporción de víctimas femeninas.
Pero también hubo «héroes» y «heroínas» que ayudaron a las víctimas. Además de policía y bomberos, los trabajadores de los edificios colindantes colaboraron sacando gente de incendio. El personal de la imprenta del periódico católico Le Croix ayudó a 30 personas a saltar la tapia y guarecerse en sus instalaciones, mientras que los trabajadores del Hotel de Palais salvaron a otros 150.
Y en el interior, la Duquesa de Alençon se quedó hasta el último momento ayudando a salir al personal de las tiendas y a los visitantes. Cuando fue su turno, el fuego la había cercado. Murió abrazando a la vizcondesa de Beauchamp y su cuerpo, como el de la mayoría de las víctimas, quedó tan carbonizado que tuvieron que identificarla por los dientes.
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Elías Viana, Marta: El incendio del Bazar de la Caridad (4 de mayo de 2020), en La Misma Historia [Blog]. Recuperado en: https://lamismahistoria.es/incendio-bazar-caridad [Consulta: fecha en que hayas accedido a esta entrada]
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