Que la Navidad es una fiesta que se celebra en multitud de lugares y en culturas muy distintas de uno al otro confín, es algo que todos sabemos. Sin embargo, ¿sabemos qué tradiciones tienen esos lugares? ¿Cómo celebran la Navidad en, por ejemplo, Islandia o Finlandia? ¿Y las diferentes costumbres que hay dentro de España? En Historia 2.0 hemos querido traeros para un día tan especial como hoy un artículo en el que contaros algunas de las tantas tradiciones navideñas que existen en distintos lugares – tanto dentro como fuera de nuestras fronteras –. Si conocéis otras tradiciones, nos encantaría que nos las dejáseis escritas en los comentarios de este artículo. Ya sabéis que – además de que nos leáis – nos encanta leeros, que para algo esto es 2.0.
Aquí va el «popurri» navideño. ¡Que los disfrutéis!
Según cuenta la leyenda, de las altas montañas orientales gallegas baja todos los 24 de diciembre (o 31 según otras) un enorme hombre con pelo y barba pelirroja, dedicado al duro oficio del carbón, para «palpar» las barrigas de los más pequeños. Si las barrigas están llenas dice: «Así, así esteas todo o ano» («así, así estés todo el año») y le deja un puñado de castañas; si la barriga no está llena, no dice nada, le deja igualmente un puñado de castañas «y se va preocupado». Cuando se va les desea un año lleno de felicidad y fartura (abundante comida). Este hombre se hace llamar Apalpador (o Pandigueiro según la zona) y viste con una boina y ropa remendada, lleva un cayado para ayudarle en los duros caminos y fuma siempre en pipa.
Existen historias del Apalpador en Terrs de Trives, O Cebreiro, Courel, Louzara e, incluso, Ancares.
Una aproximación al mito
El Apalpador, con sus funciones de carbonero, estas son, marcador de árboles, suministrador de fuego y dador de castañas, posee las mismas virtudes apotropaicas (dicho de un rito, de un sacrificio, de una fórmula, etc. que, por su carácter mágico, se cree que aleja el mal o propicia el bien) puestas en la quema de los maderos, esto es, el anunciador de la fartura, de la protección, de la alianza con la buena fortuna.
Según se ha recogido, el Apalpador se alimenta de bayas rojas y jabalí que caza el mismo. El hecho de que se alimente de jabalí se ha de situar junto a la costumbre germánica de Suecia y Dinamarca de hacer con la última recogida de trigo el llamado «porco do Natal» (cerdo de Navidad) para comer tanto los animales como la gente, con la esperanza de tener buena cosecha el año siguiente. Este ritual es la continuación de los ritos pre-cristianos en donde «se sacrificaba un cerdo o un hombre», como viene a confirmar la tradición de colocar a un hombre una capa de piel de cerdo introduciendo en su boca un poco de paja mientras una vieja con la cara teñida hacía gestos de intentar asesinarlo con un cuchillo.
Es curioso señalar que la fiesta sacrificial gallega por antonomasia es la matanza del cerdo, celebrada cerca de Navidad, costumbre que no hace más que reafirmar las íntimas relaciones que hay con la antiquísima tradición indo-europea, de la que se cree procede la idea de la Navidad.
Según José André, los estudiosos de las religiones comparadas concuerdan que la celebración de la Navidad cristiana proviene de ritos mitráicos. Se conserva una notabilísima evidencia que viene a iluminar la apropiación de la Iglesia de los elementos teogónicos de su rival en el Imperio romano: el calendario Juliano computó el solsticio de invierno en 25 de diciembre, considerando este momento cardinal, como el de la natividad del sol, en cuanto que a partir de él, la luz diurna se empieza a alargar.
El mito del Apalpador «nos sirve para asegurar» que no viene a ser más que una versión moderna de un dios milenario, ya olvidado, que se correspondía con el Sol, propiciador de buenas cosechas que, por la culturización cristiana fue desterrado a las funciones de dar la buena noticia de la «fartura» y de la ilusión para los niños. Probablemente en épocas remotas, el culto se celebraría el 25 de diciembre, pero presionado por el cristianismo entre la fecha del solsticio de invierno y la de Reyes, vino a ocupar el único día que quedaba, el día de San Silvestre (31 de diciembre).
De todas las supuestas semejanzas por los partidarios del origen mitrano del cristianismo, sólo una parece tener un plausible sustento histórico: la referencia a la fecha de celebración de la Navidad. La fecha exacta del nacimiento de Jesús es desconocida. Los evangelios no dan ningún dato preciso al respecto. Desde el siglo II se comenzó a celebrar la Navidad el 6 de enero. La mayoría de las iglesias de Oriente continúan celebrándola ese día, de lo cual se deduce que la fecha exacta de esta festividad no afecta a la esencia del cristianismo. Es bastante probable que la motivación principal para cambiar la fecha al 25 de diciembre fuera el deseo de competir con los ritos paganos y el culto a Mitra que se celebraban ese mismo día (debido al solsticio de invierno) la fiesta del nacimiento del Sol Invicto.
Por fortuna, en Galicia se vuelve a celebrar en más sitios «la noche de apalpadoiro» (TABOADA, 1965) por Navidad.
El Tió de Nadal (donde Nadal significa Navidad en catalán, aragonés, asturiano, gallego y occitano) es un personaje ficticio procedente de la Mitología catalanoaragonesa y que, por extensión, se convirtió en una tradición de Navidad en las zonas de Catalunya y Aragón (donde se llama Tronca de Nadal o Toza), aunque también se puede encontrar en Occitania bajo el nombre Cachafuòc o Soc de Nadal.
Se trata de una tradición milenaria relacionada en su momenta con la naturaleza, la fertilidad y el solsticio de invierno, sin embargo, en los últimos años ha proliferado una imagen del Tió desvirtuada y folklorizada, probablemente como resultado de estrategias comerciales ante las abundantes influencias anglosajonas. Comenzó siendo un tronco que debía dar luz y cuya costumbre radicaba en que un elemento vegetal, en representación de toda la naturaleza, adquiriese temporalmente como tal – como vegetal – cualidades animales y mágicas, y ha terminado como un tronco convertido en personaje, con cara y ojos, patas e, incluso, barretina catalana.
Con sus múltiples variaciones regionales – las tradiciones no se escapan a las adaptaciones en cada zona, e incluso en cada casa – la tradición principal consiste en abastecerse de un tronco muy grande unos días antes de Navidad, de Nochebuena, generalmente alrededor de la Inmaculada Concepción (el 8 de Diciembre) o de Santa Llúcia (Santa Lucía, el 13 de Diciembre) para llevarlo a casa donde se le coloca en un rincón del comedor (antes probablemente al lado del hogar, hoy en día al lado de la estufa o donde uno quiera, cuando yo era pequeña lo poníamos cerca del árbol de Navidad) tapadito con una manta para que no tenga frío. Durante ese tiempo hay que alimentarlo diariamente; los niños dejan la comida en un platito delante del Tió – frutos secos, polvorones, fruta… – se marchan a dormir y por la mañana lo que se encuentran son las cáscaras o sobras de lo que el Tió ha comido. El día de Nochebuena los niños harán “cagar” al Tió atizándole golpecitos en el tronco mientras se cantan canciones típicas. En mi casa, por ejemplo, cada uno de los niños teníamos una cuchara de madera con nuestro nombre con la que atizábamos el tronco y el Tió siempre ha sido un tronco decorado con cara y ojos, boca, patitas, barretina y mantita que cortó mi abuelo él mismo de su huerto y decoraron mis padres, pero cada casa es un mundo y cada casa lo hace como mejor le parece; en algunas es simplemente una pieza de madera, en otras se compra hecho en las distintas ferias que ponen en las ciudades por Navidad, los hay muy chiquitines, los hay enormes, a veces es un trozo de corcho, una caja… Para gustos, los colores.
¿Y qué caga el Tió? Los regalos de los niños. Aunque veremos que lo de cagar regalos fue, por decirlo de alguna manera, el último paso de toda una evolución. En mi casa el Tió cagaba varias veces; lo poníamos sobre unas sillas y lo cubríamos con una manta grande, de modo que quedaba a una altura estupenda para poder arrearle los bastonazos y dejaba mucho espacio debajo para los regalos. Se le daban los golpes mientras se cantaba una canción específica para el momento y luego se miraba debajo de las mantas, donde el Tió había dejado sus regalitos. Entre «cagada» y «cagada» los niños nos íbamos a la habitación a decidir la siguiente canción que cantaríamos y así el Tió se reponía con más regalos, que no eran infinitos, el primer aviso de que se terminaba el asunto era cuando nos cagaba chucherías, sabíamos que la siguiente vez nos dejaría papel de wáter como regalito y que habría que esperar otro año para volver a vivir una de las noches más especiales del año. Yo guardo unos de los mejores recuerdos de mi infancia asociados a este día.
De hecho, en relación a esto su propio nombre, el paso de Tió de Nadal a Caga Tió, es una desvirtuación; las canciones típicas para hacer “cagar” el tronco comienzan diciendo “Caga Tió…” donde “caga” no es un nombre, sino la forma del verbo en imperativo.
Canciones hay muchísimas, yo os voy a dejar la que siempre me ha gustado más:
“Caga, Tió (caga, Tió)
Tió de Nadal (Tió de Navidad)
No caguis arengades (No cagues aranques)
Que són salades (Que están saladas)
Caga torrons (Caga turrones)
Que són més bons (que están más buenos)”
Como hemos dicho, se trataba de una tradición milenaria relacionada, en su momento, con la naturaleza, la fertilidad y el solsticio de invierno. El Tió no era en principio otra cosa que el tronco que ardía en el hogar, el fuego a tierra que daría luz y calor a la noche más larga del año que se pasaría en familia; una tradición común a muchísimos pueblos paganos de alrededor del mundo, como por ejemplo los nórdicos y su Yule Log (para saber más podéis pinchar aquí). Un tronco que, al quemar, daba bienes tan preciosos como el calor y la luz, y que de forma simbólica ofrecía presentes a los de la casa en forma de comida, bebida, dulces, y turrones.
A partir de ésta forma más primitiva el Tió evolucionó a un personaje mágico que un día cercano a la víspera de Navidad llegaba a casa llamando a la puerta y quien estaba casa tenía que abrirle y cuidarle, taparle con una manta para que no pase frío y darle de comer hasta el día 24 por la noche, momento en que se “haría cagar el Tió”.
Al principio el Tió no cagaba los regalos a la última moda del Corte Inglés o del Toys’R’us, sino que cagaba frutos secos, turrones, barquillos y dulces para los más pequeños, es decir, todo aquello que se necesitaba para preparar la mesa de Nochebuena y cuando terminaba cagaba un arenque salado, un ajo, una cebolla o se hacía pipi en el suelo.
La tradición del Tió está emparentada con la del Árbol de Navidad portador de regalos, con el San Nicolás holandés, con el Jultomten, Julenisse o Joulupukki escandinavo, con el Weihnachtsmann alemán, con el Papá Noel anglosajón, con el olentzero navarro y vasco o con el apalpador gallego, entre otros.
Bon Nadal i Feliç Any Nou.
…
por Irene Godino Cueto.
En Euskal Herria – País Vasco, Navarra y País Vasco francés- aparece un ser mitológico navideño bastante similar al apalpador gallego. Al igual que él, este personaje navarro de la tradición navideña vasca, vive aislado en una cabaña de las montañas y se dedica al oficio de carbonero, bajando a los pueblos y ciudades de la zona la noche del 24 de diciembre para dejar regalos a los niños buenos y carbón a los más trastos.
Aspecto del Olentzero
Al carbonero se le suele representar como a un campechano hombre mayor, robusto y desarrapado que va vestido a la manera tradicional de su oficio. El olentzero es un personaje mitológico de buen comer y beber y de ahí su oronda figura y mofletes colorados. La barba, la txapela y el pañuelo atado al cuello forman parte de su imagen más característica que se completa con un saco y un farolillo, bastón, pipa de fumar o botella en una de sus manos.
Origen y evolución de su celebración.
Aunque la leyenda del Olentzero ha variado mucho dependiendo de la época, la sociedad, la cultura, el lugar y la religión imperante, su origen es anterior a la cristianización de Navarra, aunque no puede darse una fecha concreta. La primera referencia escrita que existe del personaje se encuentra en los Fueros Navarros. Olentzero significa «tiempo de lo bueno» porque durante el paganismo su aparición se asoció con el solticio de invierno y fin de un ciclo para después producirse el renacimiento del Sol y la naturaleza. De ahí que su venida estuviese relacionada con el fuego: bien porque, al igual que el conocidísimo Papá Noel, baje por la chimenea, bien porque en algunos pueblos sacan un muñeco de paja y trapo que queman en la plaza. Si nos fijamos bien e intentamos desentrañar su simbolismo, podría decirse que su aspecto de viejo desarrapado representaría lo viejo, el fin de un ciclo, como lo es el invierno y con su quema, todo ello se deja atrás abriendo las puertas a un nuevo comienzo a la vida.
A la llegada del cristianismo, su función cambió por la de ser el anuncio de la llegada de Jesucristo, ya que el carbonero bajaba de su montaña para dar la Buena Nueva.
Hoy en día se celebra la mañana del 24 de diciembre un desfile o cabalgata donde el Olentzero se pasea por las calles de las localidades entre música, luces y lugareños vestidos con el traje regional. Los detalles de la celebración varían de unos sitios a otros y así, por ejemplo, en diversos lugares de Gipuzkoa, al Olentzero le acompaña siempre su esposa, Mari Domingi, una baserritarra vestida con un antiguo traje de casera. En otros, los jóvenes salen en grupo a pedir dinero por el pueblo.
Pero no siempre fue tan bonachón. En la comarca de la Sakana, Navarra, se cuenta que el Olentzero bajaba por la chimenea con los ojos ensangrentados y una hoz para asustar a los niños.
Sea como fuere, es a finales de la década de los 80 y principios de los 90 cuando desde las escuelas, la televisión y algún comercio se propuso rescatar su leyenda.
Zorionak eta urte berri on.
…
por Carmen Herranz
Todos los años –últimamente ya desde agosto-encontramos en nuestro supermercado dulces típicos de estas fechas: turrón, mazapán, peladillas, mantecados y polvorones, roscón…
Pero…¿sabéis de dónde vienen? Conocer el origen de muchos de ellos es un tanto difícil sólo podemos recurrir a las crónicas y recetarios más antiguos. Así pues, por ejemplo el turrón tiene varios orígenes, uno de los que se cuentan es que era una pasta con la que los atletas olímpicos recuperaban los nutrientes perdidos (como las barritas de muesli). Por el uso reiterado de la almendra podemos decir que su origen es de procedencia árabe, pero las primeras noticias que tenemos vienen del siglo XVI. Un documento de este mismo siglo lo ubica en Alicante y la primera receta se presenta en el Manual de Mujeres de la misma época.
En la ciudad de Toledo aparece la primera receta de los mazapanes, también en el siglo XVI, estos también están elaborados con una base de pasta de almendras por lo que su procedencia también puede ser árabe o al menos tiene claras influencias. Como curiosidad según los documentos este dulce se consumía durante todo el año no sabemos cuándo pasó a ser consumido sólo en Navidad.
Las peladillas tienen un origen romano, sólo que en vez de cubiertos con azúcar estaban recubiertos de harina y miel. Otro dulce que tiene su origen en la época romana es el roscón de Reyes, este curiosamente se consumía en las Saturnales es decir, la Navidad romana. Esta era una torta con higos, miel y dátiles en el que se introducía un haba seca aunque en este caso en vez de pagar como ahora se le coronaba rey.
En la Andalucía del siglo XVI se inventaron los mantecados y polvorones realizados con trigo y manteca de cerdo.
Como dato curioso vamos a hablar de las 12 uvas de la suerte. En el siglo XIX las familias ricas burguesas y nobles ya despedían el año comiendo uvas y brindando con champán, pero fue a principios del siglo XX en donde se produjo un excedente en la vendimia alicantina. Los agricultores dieron promoción a la costumbre quitándose el excedente y convirtiéndose así en una tradición popular.
…
Bajo el nombre islandés de jólasveinarnir o jólasveinar y traducido por algo así como los mozos/niños/amigos de la Navidad encontramos unas figuras típicas del folklore islandés que en tiempos modernos se han convertido en la versión islandesa de Santa Claus/Papá Nöel. También se les llama Yule Lads o Yulemen. A lo largo de los tiempos su número ha variado, pero hoy en día se considera que son trece. Su cometido es colocar regalos o castigos en los zapatos que los niños dejan puestos en los marcos de las ventanas durante las trece noches anteriores a Nochebuena. Así, cada noche un jólasveinarnir visita a cada niño dejándoles regalos o patatas podridas, según haya sido su comportamiento bueno o malo a lo largo del año.
Los orígenes de esta tradición son complicados de establecer y a lo largo del tiempo tanto su número como su función o descripción han variado notablemente, pasando de simples bromistas a monstruos que incluso devoraban a los chicos que habían sido malos. En 1932 el poema «Jólasveinarnir» se publicó como parte del libro de poesía popular «Jolin Koma» (Llega la Navidad) por el poeta islandés Jóhannes úr Kötlum. Este poema reintrodujo en la sociedad islandesa todo lo relacionado con Yule y estableció lo que hoy se considera los canónicos «Trece Yule Lads», sus personalidades y la conexión con otros personajes folclóricos.
En un principio, los jólasveinarnir se describieron como seres bromistas e incluso traviesos criminales que lo que hacían era hostigar, e incluso robar, a la población (mayormente agrícola y rural por entonces) y, por ello, poseían nombres que describían su modus operandi. Tradicionalmente se decía que los jólasveinarnir eran los hijos de Grýla, que vivía en las frías montañas. Desde bien pequeños, a los niños islandeses se les cuenta la historia de Grýla, una ogresa horrible, mitad troll mitad animal, madre de los trece jólasveinarnir a los que tuvo junto a su tercer marido, Leppalúði. Viven todos junto a un gato negro, del que hablaremos unas líneas más abajo. El cometido de Grýla es el de buscar niños traviesos que se hayan portado mal antes de Navidad para hervirlos en su caldero, sin embargo, si éstos se arrepienten debe ponerlos en libertad.
Y ese gato del que hablamos es conocido como Yuletide Cat, una bestia que, de acuerdo con el folklore, come niños que no reciben ropa nueva para la Navidad. Llamado jólakötturinn o jólaköttur en islandés, es un monstruo también típico del folklore islandés, un gato enorme y vicioso, que permanece al acecho sobre el campo nevado durante las navidades para comerse a las personas que no han recibido ropa nueva para usar antes de Nochebuena, especialmente a los niños.
La amenaza de ser devorado por el gato era utilizada por los agricultores de antaño como un incentivo para que sus trabajadores terminasen de procesar la lana de otoño antes de Navidad. Aquellos que participaban en el trabajo eran recompensados con ropa nueva, pero los que no, serían presa del gato. Éste, poco a poco, se ha ido interpretando como gato que engulle la comida de los que no tienen ropa nueva durante las fiestas de Navidad, un mito popularizado por el poeta Jóhannes úr Kötlum en su poema Jólakötturinn.
Volviendo a nuestros protagonistas, hoy en día se les describe con un papel mucho más benevolente, muy similar al de Santa Claus y otras figuras afines. De vez en cuando se les representa vistiendo el traje islandés típico medieval, pero generalmente van vestidos como Santa Claus.
Cada jólasveinarnir tiene una idiosincrasia específica y por lo tanto se comporta de una manera particular. Se dice que «vienen a la ciudad» durante las últimos 13 noches antes de la Navidad. A continuación os dejo los Trece jólasveinarnir o Yule Lads ‘oficiales’ en el orden de llegada (y su salida).
Stekkjarstaur – «Palo de poste» (llega el 12 de Diciembre y se marcha el 25 de Diciembre).
Se dedica a acosar a las ovejas, sin embargo, está impedido por unas patas de palo.
Giljagaur – «Bobo del barranco» (llega el 13 de Diciembre y se marcha el 26 de Diciembre).
Se oculta en barrancos, a la espera de una oportunidad para colarse en el establo y robar leche.
Stúfur – «Achaparrado» (llega el 14 Diciembre y se marcha el 27 Diciembre)
Anormalmente bajito, roba sartenes para comerse las cortezas que han quedad pegadas en ellas.
Þvörusleikir – «Lame cucharas» (llega el 15 Diciembre y se marcha el 28 Diciembre)
Se didca a robar Þvörur, un tipo de cuchara de madera con mango muy largo, para lamerlas. Es muy delgado debido a que está desnutrido.
Pottaskefill – «Raspa ollas» (llega el 16 Diciembre y se marcha el 29 Diciembre)
Su misión es robar los restos que han quedado en las ollas y cacerolas.
Askasleikir – «Chupa cuencos» (llega el 17 Diciembre y se marcha el 30 Diciembre)
Se oculta bajo las camas esperando a que alguien ponga bajo ellas su askur, un tipo de cuenco cuya tapa se utiliza como platos. Y los roba.
Hurðaskellir – «Golpea puertas» (llega el 18 Diciembre y se marcha el 31 Diciembre)
Le gusta golpear las puertas, especialmente durante la noche.
Skyrgámur – «Engulle skyr» (llega el 19 Diciembre y se marcha el 1 Enero)
Un mozo con mucha pasión por el skyr, un producto lácteo típico de Islandia elaborado a base de yogur. Suele encontrarse con relativa facilidad en los mercados de los países escandinavos, aunque es originario de la cocina islandesa. Se tienen referencias de su consumo desde época de los vikingos.
Bjúgnakrækir – «Ladrón de salchichas» (llega el 20 Diciembre y se marcha el 2 Enero)
Éste se escondía en las vigas de la casa y robaba las salchichas que se estaban ahumando.
Gluggagægir – «El que mira por la ventana» (llega el 21 Diciembre y se marcha el 3 Enero)
Se trata de un mirón que espía a través de las ventanas buscando algo que robar.
Gáttaþefur – «Olfateador de puertas» (llega el 22 Diciembre y se marcha el 4 Enero)
Tiene una nariz enormemente grande y un agudo sentido del olfato que utiliza para localizar laufabrauð, (en islandés «pan hoja») es un tipo tradicional de pan islandés que se toma con mayor frecuencia en la época navideña.
Ketkrókur – «Gancho Carnicero» (llega el 23 Diciembre y se marcha el 5 enero)
Utiliza un gancho para robar carne.
Kertasníkir – «Ladrón de velas» (llega el 24 Diciembre y se marcha el 6 Enero)
Sigue a los niños con el fin de robar sus velas (que en aquellos días se hacían con sebo y, por lo tanto, eran comestibles).
Gleðileg jól.
…
por Sergio de la Gándara.
¿Acaso creéis que una tradición que consideramos tan nuestra como los reyes magos no tiene paralelismos en otras regiones europeas? Así es, en la lejana Finlandia tienen sus propios Reyes Magos conocidos bajo el nombre de Tiernapojat.
Tiernapojat, o los niños estrella, es una tradición originada en la ciudad de Oulu y difundida a lo largo del norte del Ostrobotnia, aunque probablemente la tradición llegara desde Suecia. La base de la tradición es la misma que la nuestra, relata como tres Reyes Magos, en tiempos de Herodes III el Grande, habiendo nacido Jesús en Belén, se dirigen hacía allí en búsqueda del Rey de los Judios, tal y como se relata en el Evangelio según San Mateo (2, 1-12).
Dejando a un lado el origen de la tradición, en Finlandia, a partir de esta historia consiste en la actuación de los «niños estrella» en una obra teatral en la que cantan una serie de canciones populares. La obra esta compuesta por cuatro personajes principales:
La obra de teatro se representa en los hogares de las familias para que estos les de juguetes o comida. La obra ha ido cambiando sutilmente, aunque el argumento principal consiste entre una lucha de poder entre los dos reyes, Herodes y el Rey de los Moros, la llegada de los Reyes Magos a Belén y el asesinato de niños menores de dos años en Belén en manos de Knihti bajo la orden de su rey. Además, en el siglo XIX, se añadió un panegírico en el que se alababan las virtudes del zar Alejandro, Gran Duque de Finlandia. Una vez acabada la representación, Knihti y Mänkki solicitan juguetes o colaboraciones, mientras el resto cantan villancicos y felicitan la navidad.
Bibliografía:
Si quieres utilizar este texto perteneciente a Historia 2.0, no olvides citarnos de la siquiente forma:
Historia 2.0. «Las mil caras del culto navideño» (24 de diciembre de 2015) Historia 2.0. [Blog] Recuperado en: http://historiadospuntocero.com/las-mil-caras-del-culto-navideno/ [Consulta: fecha en que hayas accedido a esta entrada]
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