Reseña de la visita a Belmonte (Cuenca)

Hace un par de semanas estuvimos en Belmonte para pasar un fin de semana relajados del barullo cotidiano, una visita que compartimos con vosotros en Historia 2.0 para animaros también a acercaros 🙂

Se puede llegar a Belmonte viniendo de Cuenca por la N-420 o desde Ciudad Real, también por la misma carretera. La verdad es que está más o menos a la misma distancia de Cuenca que de Ciudad Real, si bien la localidad está en la frontera entre ambas provincias.

Aunque todos conocemos Belmonte por su famoso y espectacular castillo, la población tiene un origen mucho más antiguo, pues en unas excavaciones realizadas en la Colegiata en los años 70 aparecieron restos de una basílica visigoda, con lo cual tenemos que retrotraer al menos hasta el siglo VI el origen de la población, que siempre se denominó Bellomonte. A principios del siglo XIV el infante don Juan Manuel comenzó a amurallar la población y construyó también el antiguo alcázar, hoy restaurado y reformado como hotel en el que nos alojamos el fin de semana.

Este alcázar fue donado a las monjas dominicas en el siglo XVI y convertido en monasterio, cuyo claustro conforma el eje central del hotel. Ya en el siglo XX, cuando las monjas abandonaron el lugar, el edificio fue utilizado como granero, con tal mala fortuna que el grano almacenado fermentó y reventó, derrumbando prácticamente todo el edificio. ¡El hotel es fantástico, el personal es genial y además conserva dentro patrimonio arqueológico de la construcción original a disposición del visitante para que pueda disfrutarlo!

Todos los años se celebra en la localidad el campeonato internacional de combate medieval, un evento que atrae a cientos de personas, convirtiendo una pequeña población en un bullicio constante durante el torneo. Además, la población conserva numerosos edificios históricos y también pueden verse incluso las puertas originales de la muralla de la ciudad, algo que es bastante impresionante.

Definitivamente si queréis disfrutar de una escapada de turismo rural os recomendamos ésta tranquila población con mucha historia, y no sólo Belmonte, sino que además tenéis gran cantidad de patrimonio en derredor: Villaescusa de Haro con otro castillo, Segóbriga a 40 km a la que se va por bonitos parajes típicamente manchegos… y si ya os animáis a ir un poco más allá tenéis Valeria, Ercávica, Tarancón… en fin, ¡Un montón de sitios donde echar un montón de fotos que compartir con nosotros después! 😉