Johann Sebastian Bach es hoy día uno de los compositores más conocidos y admirados de la Historia de la Música, pero dicha consideración no fue tal en sus tiempos. De hecho no sería hasta 1829 (casi 80 años después de su muerte) que Felix Mendelssohn rescataría su obra del olvido y pasaría así a ser patrimonio de la humanidad.
Como hemos dicho, en vida Bach no conoció la fama ni el estrellato. La consideración general del músico como mero artesano en la época, unido a la enorme modestia de Johann Sebastian (llegó a decir que él simplemente se limitaba a tocar las notas adecuadas en el momento adecuado) hicieron que apenas se le reconociese más que a nivel local.
Pero a pesar de dicha modestia, Bach también tenía su orgullo. En 1717, un ya curtido Johann Sebastian Bach trabajaba como músico de corte y organista en la ciudad de Weimar desde hacía nueve años. Con ocasión del fallecimiento del Kapellmeister (maestro de capilla) Johann Samuel Drese, Bach decidió solicitar el puesto. Pero Wilhelm Ernst, duque de Sajonia-Weimar, ignoró su petición y le otorgó el puesto al hijo del fallecido; algo para nada sorprendente en aquella época, pues era habitual que el hijo heredase el oficio del padre.
Sin embargo, Bach no se tomó nada bien la decisión y presentó de inmediato la renuncia a su actual cargo. Pero ésta no fue aceptada. Bach, realmente molesto, no se resignó ante la negativa del duque y continuó insistiendo hasta tal punto que éste le mandó encarcelar.
Allá en prisión pasó casi un mes, como se nos cuenta en un informe del secretario del tribunal:
«El 6 de noviembre [de 1717], el otrora maestro de capilla y organista Bach fue encarcelado en el Juzgado de la Corte por forzar demasiado obstinadamente el asunto de su renuncia y finalmente fue puesto en libertad de su arresto el 2 de diciembre con una notificación desfavorable de su despido.»
Por fin, libre de la cárcel y libre de una corte en la que no se apreciaba su enorme talento, Bach hizo las maletas dirección a Köthen, donde se convertiría en maestro de capilla del príncipe Leonardo. Tras 6 años ahí (1717-1723) marcharía a Leipzig, donde por fin encontraría la estabilidad y dejaría volar su brillante genio, consiguiendo con ello la inmortalidad.
Si quieres utilizar este texto perteneciente a La Misma Historia, no olvides citarnos de la siguiente forma:
Cuesta Hernández, Alfonso: Bach encarcelado (15 de mayo de 2018) en La Misma Historia [Blog]. Recuperado en: https://lamismahistoria.es/bach-encarcelado/ [Consulta: fecha en que hayas accedido a esta entrada]
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