Las Juventudes Hitlerianas (en alemán Hitlerjugend, o simplemente HJ) se formaron en julio de 1926 como parte del creciente movimiento de juventudes alemán posterior a la I Guerra Mundial. Durante el final de la República de Weimar y el posterior ascenso del movimiento nazi, la juventud desencantada —y consecuentemente estos grupos juveniles (que en origen eran de muy diversa índole política)— fueron tendiendo paulatinamente hacia ideologías conservadoras y nacionalistas.

Aunque al principio el propio Adolf Hitler no diese excesiva importancia a las HJ (precisamente por no tener aún la edad necesaria para votar), desde 1930, con el partido nazi ya convertido en la segunda fuerza política del país, se decidió potenciar el movimiento juvenil, ya considerado como base del partido. Fue en este momento, además, cuando se creó una sección femenina de las HJ, la Bund Deutscher Mädel (o BDM).

Desde que en 1933 Baldur von Schirach se hiciera cargo de ellas, el crecimiento de las HJ fue imparable. Primero se procedió a la paulatina absorción de otros grupos juveniles por parte de las HJ, se instó al reclutamiento desde las propias escuelas públicas a través de profesores de enlace e incluso se crearon instituciones de enseñanza propias como las Adolf-Hitler-Schulen (Escuelas de Adolf Hitler), la NS-Deutsche Oberschule (Escuela Superior Nacional-Socialista Alemana) o las Nationalpolitische Erziehungsanstalten (Escuelas Políticas Nacionales).

 

 

Por último, desde marzo de 1939, la afiliación de los jóvenes alemanes a las Juventudes Hitlerianas (que contaban ya por entonces con más de 7 millones de miembros) se volvió obligatoria. La consecuencia directa: una juventud alemana educada en las doctrinas raciales y eugenésicas del Tercer Reich y entrenada para la guerra.

 


PARA SABER MÁS:

KATER, M. H. (2004): Las Juventudes Hitlerianas, Madrid (2016)

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