«Conviene a los niños, a los jóvenes, a los hombres, y casi incluso a los viejos: es querido por los alegres, gusta a los melancólicos, a los serios y severos, y se adapta a casi todos los estados de ánimo y complexiones de los hombres.»

Así hablaba Antonio Scaino (1524-1612) del juego de pelota florentino en 1555. El giuocco della palla, también conocido en la actualidad como Calcio Storico Fiorentino, Calcio in livrea o Calcio in costume, es un antecesor de nuestro fútbol (aunque en realidad se asemeja más al actual rugby) que tiene su origen en la Florencia tardo-medieval y que aún se juega, prácticamente con las misma reglas, a día de hoy.

El juego al que los italianos llaman Calcio. Ilustración de Francesco Bertelli: «Itinerario overo nova descrittione de’ viaggi principali d’Italia» (1642)

EL GIUOCCO DELLA PALLAEN EL CINQUECENTO

Con una clara herencia del epyskiros griego y el harpastum romano (como tantos otros juegos de pelota medievales), el giuocco della palla ya estaba totalmente difundido en la Florencia de mitades del s. XV, y era habitual ver a la juventud florentina practicando este deporte en las calles y plazas de la ciudad. Durante el siglo siguiente fue consolidándose como un juego especialmente recomendado para las familias nobles; muchos de ellos acabarían siendo figuras prominentes, destacando especialmente miembros de la familia Médici e, incluso, futuros papas. Por supuesto, la entrada de la nobleza provocó que el calcio fiorentino (como ya empezaba a conocérsele) tendiese a una mayor organización, tanto en lo relativo al terreno de juego como en establecer unas reglas fijas.

El primer reglamento oficial, formado por 33 artículos, se publicó en 1580 por mano de Giovanni de’ Bardi. Entre las más destacadas está la organización de los equipos, formados por 27 jugadores cada uno y divididos a su vez de la siguiente manera:

 

3 Datori Addietro

4 Datori Innanzi

5 Sconciatori

15 Corredori

 

Guardando las distancias, podríamos asimilar estas posiciones con las del fútbol actual de tal manera que los jugadores defensivos (Datori), encargados de custodiar la meta, podrían definirse como “porteros” (Datori Addietro) y “defensas” (Datori Innanzi), si bien en este caso la única diferencia sería la posición, con una línea más retrasada y otra más adelantada, sin ninguna restricción en lo concerniente a con qué parte del cuerpo se permitiría jugar la pelota. Los Sconciatori harían las veces de “centrocampistas” y los Corredori, separados normalmente en tres líneas de cinco, serían los “delanteros” cuyo objetivo principal sería marcar tantos.

Vista de la plaza de Santa Croce durante un partido de Calcio. Pietro di Lorenzo Bini (ed.): «Memorie del calcio fiorentino…» (1688)

El terreno de juego oficial era rectangular y vallado. En los lados cortos se situaban las metas, mientras que en los largos se diferenciaba entre el muro y la fosa. El objetivo del juego era llevar la pelota, sin importar cómo, a la meta rival. Estas cubrían toda la longitud del lado corto del terreno de juego y contaban con un límite vertical, definido en las reglas como «la estatura ordinaria de un hombre». Si la pelota pasaba entre la valla y este límite, se conseguía una caccia (literalmente una ‘caza’, o tanto). Si la pelota era lanzada por encima de la meta, o salía fuera por el lado de la fosa, se consideraba un fallo. Cuando un equipo cometía dos fallos, la escuadra rival se sumaba una caccia a favor. Además, cada vez que se conseguía una caccia los equipos debían cambiar de lado.

Por supuesto, el hecho de que no hubiese restricciones sobre cómo llevar la pelota a la meta, o cómo evitar que el rival hiciese lo mismo, provocaba que los juegos pudiesen ser bastante violentos. Por si la cosa se descontrolaba existían varios “árbitros” (Giudici) y, cómo en el fútbol actual, cada equipo contaba con un “capitán” (Maestro di campo) que podía discutir las decisiones de éstos.

 

LOS PARTIDOS MÁS CURIOSOS

Al tratarse de un deporte muy físico, este solía practicarse especialmente durante el invierno. De hecho las fechas oficiales encuadraban desde el 6 de enero hasta el final del Carnaval. A finales del siglo XVI se constituye como campo de juego oficial la plaza de Santa Croce, pero no sería el único lugar donde se jugaría. Curiosamente, se tiene constancia de que tanto en 1490 como en 1605 se aprovechó que el río Arno estaba congelado para utilizarlo como terreno de juego.

Sin embargo, probablemente el partido más conocido sea aquel que tuvo lugar en 1530 durante el Sitio de Florencia por las tropas imperiales de Carlos V (nuestro Carlos I de España). Fue precisamente el primero que se jugó de manera oficial en Santa Croce, que fue elegida como campo de juego para que las tropas enemigas (acampadas en las colinas vecinas) pudiesen ver que el pueblo florentino no renunciaría a celebrar el Carnaval a pesar de estar sitiado. Fue de los pocos partidos en los que no importó el resultado (de hecho nos es desconocido).

 

EL CALCIO FIORENTINO EN LA ACTUALIDAD

La popularidad del juego, a pesar de un lento declive, siguió vigente hasta mediados del siglo XVIII. El último partido oficial del que se tiene constancia es el jugado en Santa Croce en 1739, y que contó con la presencia en las gradas de la futura emperatriz de Austria, María Teresa.

Habría que esperar al s. XX para que el pueblo florentino recuperase su antigua tradición. Dos partidos conmemorativos, en 1898 y 1902 (este último filmado), sirvieron como primera toma de contacto. Sin embargo sería en 1930, precisamente en la celebración del 400º aniversario del Sitio de Florencia y según iniciativa del político fascista Alessandro Pavolini, cuando volvería a instaurarse definitivamente este deporte.

La competición, que dura hasta nuestros días, se lleva a cabo entre cuatro equipos distintos, cada uno haciendo referencia a un color y un barrio (e iglesia) de Florencia. Así, tenemos a los Azzurri de Santa Croce, los Bianchi de Santo Spirito, los Rossi de Santa Maria Novella y los Verdi de San Giovanni. Todos los jugadores (Calcianti), por cierto, lo hacen de manera voluntaria y no profesional. Meses de preparación para un partido (dos si llegan a la final) de 50 minutos, sin descansos ni sustituciones.

Las reglas actuales son prácticamente las mismas. Ahora existen unas redes que marcan la zona de meta y se han prohibido algunas prácticas como dar patadas en la cabeza o atacar a un jugador rival en superioridad numérica. Además, hoy en día se cuentan los medios puntos propiciados por los fallos del rival (en vez de esperar a tener dos fallos para subir un punto al marcador). También se tiende a utilizar 4 Datori Indietro y 3 Datori Annanzi (en lugar de 3 y 4, respectivamente) pero esto ya es un motivo táctico.

Imágen de un partido actual de Calcio Storico Fiorentino. Autor: Comune di Firenze.

Por lo demás, sigue siendo un juego realmente violento; si cabe más aún que en origen. De hecho, el torneo de 2006 tuvo que ser anulado por la terrible tangana que se montó durante el partido entre Azzurri y Bianchi. En la actualidad, los antiguos Corredori se dedican principalmente a boxear, dar patadas, hacer llaves de lucha o, en definitiva, cualquier práctica que incapacite al rival, dejando la labor de intentar anotar tantos a las líneas más retrasadas de su equipo. Por supuesto (como en los tiempos del circo romano) esto no ha hecho sino redundar en el fervor del público y en la fama del evento, que se ha convertido sin duda en el evento de recreación histórica más afamado, y en uno de los mayores reclamos turísticos, de Florencia. No es casualidad, por cierto, que ahora se juegue el torneo en verano, en concreto en la tercera semana de junio. La final, siempre el 24 de junio, coincide con la celebración del patrón de Florencia: San Giovanni.

 

A pesar de que los jugadores vistan librea (¡al menos la parte inferior!) y mantengan en esencia las reglas de 1580, el espectáculo moderno no se restringe al terreno de juego. Durante la mañana del día 24, justo antes de la final, se celebra un llamativo desfile histórico por la ciudad. Un auténtico cortejo (todos vestidos de época renacentista), formado por “nobles”, soldados con armadura, músicos, e incluso una culebrina (instrumento de artillería), acompaña a los jugadores hasta la plaza de Santa Croce; lugar que, como antaño, servirá de campo de juego. Antes de empezar, lanzamiento de banderas al aire y un cañonazo que dará inicio al partido. Por la noche, un espectáculo de fuegos artificiales despedirá la jornada. El equipo ganador del torneo, por cierto, recibe como premio una deliciosa y apreciada ternera de raza chianina. Y la gloria, por supuesto.

 


BIBLIOGRAFÍA

  • Scaino, Antonio (1555): Trattato del giuoco della palla diviso in tre parti. Ferrara: Gabriel Giolito de’ Ferrari, et fratelli
  • de’ Bardi, Giovanni (1580): Discorso sopra il giuoco del calcio fiorentino del Puro Accademico Alterato. Firenze: Giunti
  • Gori, Pietro (1898): Il giuoco del calcio. Firenze: Bemporad & figlio
  • Galluzzo, Andrea Claudio (1995): Breve Storia del Calcio Fiorentino. Firenze: Gallorosso

 


Si quieres utilizar este texto perteneciente a La Misma Historia, no olvides citarnos de la siguiente forma:

Cuesta Hernández, Alfonso: Calcio Fiorentino (4 de mayo de 2017) en La Misma Historia [Blog]. Recuperado en: https://lamismahistoria.es/calcio-fiorentino/ [Consulta: fecha en que hayas accedido a esta entrada]

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Alfonso Cuesta

Licenciado en Historia (UAH) y Máster en Arqueología del Mediterráneo en la Antigüedad Clásica (UCM). Aparte de «La Misma Historia» también administra «Por la Grecia de Zeus», blog de Mitología Clásica.

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