Es una verdad universalmente reconocida que una mujer soltera, en época georgiana, necesitaba un marido. Sin embargo, poco se sabría en la actualidad de los sentimientos u opiniones de dichas mujeres sin las novelas de Jane Austen, quien curiosamente (o precisamente por ello) nunca se casó.
Pero, mis queridos lectores (perdonen las confianzas), ¿saben que ninguna de las seis novelas de Jane Austen estaba firmada? No al menos con su verdadero nombre, naturalmente. Habrá quienes lo atribuyan al pronunciado machismo de aquellos anticuados tiempos, pero lo cierto es que quedaba claro desde el principio que Sentido y sensibilidad (1811) estaba escrito by a lady, «por una dama». Más curioso puede resultar que Orgullo y prejuicio (1813), probablemente la obra más conocida de la autora (y a la que me he permitido homenajear al principio del artículo), esté firmada «por el autor de Sentido y sensibilidad». A partir de ahí, y dada la popularidad del libro, los siguientes vendrían siempre firmados «por el autor de Orgullo y prejuicio», quizás incluyendo alguna otra obra. ¿La razón? Muchos dicen que es porque su familia no veía con buenos ojos que Jane se dedicase a la escritura de novelas, pero lo cierto es que fue precisamente por los deslices de su familia que ya en esa época se sabía casi abiertamente (ya sabemos cómo corre este tipo de información) que la autora de Orgullo y prejuicio era Jane Austen, aunque dicho nombre no apareciese en la portada.
Jane —por lo tanto— conoció la fama en vida, aunque no la riqueza ni la aceptación de la crítica literaria mayoritaria. Pero a pesar de ser famosa siempre vivió de una manera tranquila. La pequeña casa de Steventon que la vio criarse, y en la que empezó a escribir sus primeros textos (muchos de ellos posteriormente recopilados en los volúmenes de Juvenilia), siempre fue el modelo de vida ideal para Jane. Es cierto que hubo de trasladarse de residencia varias veces durante su vida, pero siempre intentando mantenerse cercana a esa vida rural tan bien retratada en sus novelas. Aquella que reflejaba tan fielmente la idiosincrasia de la burguesía agraria y esa apremiante “necesidad” de conseguir los mejores enlaces matrimoniales para sus hijas, algo que probablemente tanto Jane como su hermana mayor Cassandra sufrieron de primera mano. Ninguna de ellas llegó a casarse, por cierto, aunque no les faltaron pretendientes.
Jane Austen murió en 1817, con sólo 41 años. Para entonces tenía publicadas 4 novelas (Sentido y sensibilidad, Orgullo y prejuicio, Emma y Mansfield Park) a las que se sumaron dos más (La abadía de Northanger y Persuasión) publicadas póstumamente. Estas 6 novelas, sin excepción, están consideradas obras cumbres de la literatura inglesa en las que, al contrario de lo que podría parecer por la temática, bajo su aparente conservadurismo se esconden protagonistas inconformistas, independientes y ansiosas de libertad.
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Cuesta Hernández, Alfonso: Jane Austen, ironía y costumbrismo (9 de marzo de 2018) en La Misma Historia [Blog]. Recuperado en: https://lamismahistoria.es/jane-austen/ [Consulta: fecha en que hayas accedido a esta entrada]
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