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RETO de Historia 2.0 de MAYO: Dinos cuál es tu PERSONAJE HISTÓRICO favorito y el porqué. (Personajes concretos, civilizaciones, seres mitológicos…)

Podéis mandarnos un personaje concreto, una civilización o pueblo concreto, un ser mitológico… Lo que queráis.

¿Cómo tenéis que participar en este reto? Debéis mandarnos un correo a reto@historiadospuntocero.com con una explicación del personaje y respondiendo al reto. Si podéis, mandadnos también una imagen del mismo. A medida que vayamos recibiendo las respuestas las iremos publicando en esta misma entrada y os mandaremos un diploma exclusivo por vuestra participación.

Si aún no sabéis qué es El Reto de Historia 2.0, pinchad aquí para saberlo. Asimismo, en el enlace que os facilitamos tenéis el banner del reto para descargalo y poder ponerlo en vuestras webs o allá donde queráis como participantes de El Reto Histórico.

Y si queréis ver el Reto de Enero con sus respuestas, pinchad aquí.

¡¡Animaos a participar y que la historia os acompañe!!

[spoiler title=’Luis Miguel – don Bernardino de Mendoza’ collapse_link=’true’]

Mi personaje histórico favorito es, sin duda alguna, don Bernardino de Mendoza. Éste personaje, que fue embajador en la corte de la bermeja y pérfida reina Isabel I de Inglaterra de 1578 a 1584, resume en su figura a un siglo y una época en la que España era el enemigo a batir y lo único que unía a Europa eran las ganas de hacernos la vida imposible. Un galán de comedia de Tirso, bravucón, hábil con el verbo y la espada, pendenciero y rondador de verjas.
Fue además un hábil político, un consumado espía (creador de varios códigos cifrados con los que se comunicaba con el propio Felipe II) y uno de los nobles más ilustrados de su época, pues no en vano había estudiado en Alcalá donde se licenció en Artes y Filosofía.
Durante su estancia como embajador-espía en Inglaterra, apoyó a numerosos grupos católicos a los que más tarde se uniría un tal Guy Fawkes. Pero quizás por lo que fue recordado y por lo que traigo aquí a este personaje fue la respuesta que le dio a la propia reina Isabel cuando le acusó (con todas las de la ley) de instigar una conspiración contra ella, a lo que ni corto ni perezoso le espetó:
Sepa vuesta majestad, que don Bernardino de Mendoza, no nació para revolver reinos, sino para conquistarlos”
Acto seguido se marchó muy airado de la corte dando la espalda a la mismísima reina.
Después de aquello, fue nombrado embajador en París, donde curiosamente fue un espía más efectivo en cuanto a los planes de Inglaterra, pues el embajador inglés estaba acosado por las deudas de juego (muchas de ellas contraídas con el propio don Bernardino), y nuestro personaje las pagaba a cambio de secretos.
Siendo un personaje poco conocido, incluso para los que hemos estudiado Historia, creo que es de ley  recordarlo en estos días en los que parece que los españoles que emigran hasta las Islas Británicas deben ir con la cabeza gacha por el mero hecho de haber tenido la desgracia (o la suerte) de nacer en esta ingrata piel de toro. Hubo, y habrá, un momento en el que la altivez y la socorranería nos bastaba para sobrevivir en el siempre nubuso y gris Londres.
Honesta mors turpi vita potior

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[spoiler title=’Lucía Mompradé Pascual – Cristina de Noruega’ collapse_link=’true’]

uno de mis personajes favoritos, en este caso una, es Cristina de Noruega (Bergen-1234, Sevilla-1262) Princesa de Noruega e Infanta de Castilla, hija el rey Haakon IV y Margarita Skulesdatter, a quien comprometieron con el Infante Felipe de Castilla hermano de Alfonso
X El Sabio en 1257 y tras el matrimonio en la Colegiata de Santa María de Valladolid en marzo de 1258 se establecen en Sevilla donde fallece ella al parecer de melancolía cuatro años mas tarde sin descendencia. Está enterrada en el claustro de la Colegiata de San Cosme y San Damián en Covarrubias (Burgos).
Un personaje interesante por la valentía de emprender un viaje tan largo a un país para ellos en el otro lado del mundo o tener muy asumidas sus responsabilidades con la Corona y una historia muy triste pero que a la vez me hace pensar que debió ser curioso cómo hizo ella y su séquito para adaptarse a vivir aquí.
Cristina de Noruega

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[spoiler title=’Daniel Fernández de Lis – Ricardo III’ collapse_link=’true’]

La encendida polémica que más de quinientos años después de su muerte sigue generándose en el Reino Unido entre sus defensores y sus detractores (sobre todo por el misterio de los príncipes de la Torre), el hecho de que fuera el último rey de la poderosa y apasionante dinastía de los Plantagenet y el último rey inglés en morir en el campo de batalla hacen de él un personaje apasionante.

A ello hay que añadir el descubrimiento de sus restos en 2012 y el solemne acto en el que los mismos fueron enterrados en Leicester el mes pasado que fue todo un acontecimiento en su país.

Este es el sitio donde aparecieron los restos de Ricardo III.

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[spoiler title=’Eduardo Cabrero (Corresponsal en la Historia) – El monje copista medieval’ collapse_link=’true’]

El reto de mayo es quizás el reto histórico más complicado. Se me hace imposible designar a una única personalidad como personaje favorito de toda la Historia. En cuanto a civilizaciones, creo que todas aportaron algo al desarrollo de la Humanidad, por lo que no sabría por cuál decidirme. Es por ello que he pensado en escoger a una de las figuras históricas que más valoro: los monjes copistas medievales.

Hoy en día nos parece algo nimio el poder tener al alcance de nuestra mano casi cualquier tipo de documentación llegada desde el más remoto pasado. El conocimiento de la Historia, aun no siendo ni mucho menos completo, ha sido preservado hasta nuestros días gracias fundamentalmente a los vestigios escritos. A medida que nos alejamos en el tiempo, es más complicado que obtengamos información, puesto que la dificultad de proteger la Historia fue proporcional a dicha distancia.

En un momento en el que no existía nada más evolucionado que una pluma impregnada en tinta y un trozo de pergamino, los monjes copistas se encargaron de legar la Historia. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V, la transición del Mundo Clásico a la Edad Media se vio amenazada por la destrucción total de las guerras. Sólo las oscuras celdas de los monasterios sirvieron de refugio a la cultura que agonizaba. A la luz de las velas, los monjes copistas de las abadías europeas se encargaron de multiplicar los documentos, traducir los libros y proteger el conocimiento del pasado, cuyo único método para sobrevivir era el ser plasmado en papel. Ese minucioso y costoso trabajo, totalmente desinteresado, y la importancia que tuvo para el desarrollo de la Humanidad, me parece extraordinario.

En una sociedad prácticamente analfabeta en su totalidad, en los monasterios se designaban a los miembros más cultos y de mejor caligrafía para desempeñar los trabajos más importantes. El trabajo de traducción, copia e ilustración en muchos casos de un sólo libro, si éste era considerablemente extenso, podía suponer años. Todo ello en condiciones lamentables como frío, humedad, escasa iluminación…

«Tres dedos escriben, todo el cuerpo sufre», es la reflexión que uno de estos olvidados monjes copistas anotó en el margen de una de las páginas que copió.

Corresponsal en la Historia

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[spoiler title=’Maribel Bofill- ANIBAL BARCA (247a.C. 183 a.C.)’ collapse_link=’true’]Para mi el segundo mejor general de toda la historia ( el primero fue si duda Alejandro Magno)
uno de los hombres más inteligentes de su época.Si pudiera invitarlo a cenar , le preguntaría porque no entro en Roma es algo que siempre me ha intrigado. LHJC-AníbalBarca[/spoiler]

[spoiler title=’ Fernando Colodro Galdón – Lucio Cornelio Sila’ collapse_link=’true’]Comentario: Tengo muchos personajes fetiches, pero de mis favoritos destaca, entre otros, Lucio Cornelio Sila. Independientemente de lo controvertido de su figura, que daría para muchos debates, me llama la atención la capacidad de los antiguos romanos su defensa a ultranza de lo que ellos consideraban correcto, honorable y adecuado, pasando por encima de colegas, adversarios, instituciones, etc, lo cual en este caso entronca inevitablemente con ciertos postulados de Maquiavelo. En definitiva, me fascina su figura porque teniendo el poder absoluto en la Roma de su época, decidiera finalmente abandonarlo y retirarse como un privatus a su villa para disfrutar de su jubilación, su vino y sus muchachos.[/spoiler]

[spoiler title=’Juan Manuel Fernández García – Harald Hardrada’ collapse_link=’true’]Mi personaje histórico, por decir uno rápidamente, es Harald Hardrada (Harald III, último rey de los vikingos). Supe de él en la saga de libros de Tim Severin, «Vikingo». Un personaje decidido, con fuertes convicciones, gran determinación y dura disciplina pero cuya ansia por recuperar su trono y colocar a su pueblo donde el creía justo que debía estar, selló su destino. Murió luchando en la batalla de Stamford Bridge, final que para los guerreros es una recompensa. Harald-Hardrada-King-of-Norway [/spoiler]

[spoiler title=’Miguel Barbero Álvarez – Clara Seligsohn-Netter’ collapse_link=’true’]

¿Mi personaje histórico favorito? Es una pregunta difícil… Podría hablar un poco sobre Leonardo da Vinci, Murasaki Shikibu, Vlad Tepes, Enrique el Navegante o incluso mencionar a alguno de mis personajes mitológicos favoritos, como Medea, Odiseo o el Rey Arturo. Sin embargo, prefiero dedicarle este pequeño texto a una persona cuya existencia descubrí el año pasado, de la manera más increíble y bonita que podría haber.

Hace un tiempo, curioseando por un mercadillo de libros de viejo encontré una edición rara de El Conde de Montecristo, uno de mis libros favoritos de la literatura universal. Se trataba de una versión especial alemana de 1902, editada por el centésimo aniversario de Alejandro Dumas, encuadernada en tela roja, con un dibujo del Castillo de If en portada y un título en dorado y letras góticas.

Se quedó en la estantería de mi cuarto con el resto de libros durante mucho tiempo hasta el año pasado, cuando se me ocurrió enseñárselo a un amigo. Ya lo había ojeado y había leído varios capítulos otras veces, pero fue justamente ese día cuando reparé que en la primera página alguien, posiblemente un anterior dueño, había escrito su nombre con pluma. La firma era de una mujer de nombre Clara Seligsohn-Netter, un nombre que también aparecía en una marca de sello en el reverso de la portada. El sello, en tinta azul y con letra de impresión no gótica, sugería que la tal Klärchen (Clarita, en alemán) había recibido ese libro cuando era niña y, además, que lo había recibido tiempo después de su impresión en 1902.

El aburrimiento y la curiosidad me llevaron a buscar el nombre de la dueña en Internet: quería saber si por alguna casualidad había alguna imagen suya y le podía poner cara a la persona que se deshizo de un libro tan raro. Y aquí es cuando empieza la parte interesante, y la parte histórica también.

Lo que me encontré fueron varias referencias a páginas web del gobierno alemán dedicadas a denuncias y juicios del siglo XX, a la Universidad de Berlín, al registro civil de Londres, al de Wellington y a una entrada de la Wikipedia en alemán dedicada a un tal Carl Leopold Netter. Resultaba que Clara, junto a unos tales Cecilie y Julius Seligsohn-Netter (que supuse que eran hermanos suyos) habían interpuesto denuncias a varias compañías alemanas de siderurgia e industria pesada, que el nombre de Clara Seligsohn-Netter aparecía como uno más en la lista de estudiantes de origen ashkenazí que asistieron a la Universidad de Berlín durante los años 30, que se casó con un tal Adlerstein en Londres en la misma década y que vivió en Wellington.

Al mirar en la Wikipedia por el tal Carl Leopold Netter descubrí que ese hombre era el magnate del metal y la industria pesada más poderoso e influyente del Imperio Alemán a finales del XIX y principios del XX, y que fue padre de una chica llamada Cecilie Netter.

Me dio la sensación de que estaba ante algo grande. Muy grande. Algo que hasta ese momento solo había visto en películas y que nunca pensé que podría ocurrir en realidad debido a la sociedad enteramente informada en la que vivimos. Dejé de lado mis tareas y me puse a seguir investigando durante horas, intentando atar todos los cabos que Google y los gobiernos alemán e inglés, en su eficiencia almacenando datos, me estaban brindando.

No relataré todo el proceso porque sería demasiado largo, pero sí que os quiero dejar la conclusión a la que llegué.

Clara Seligsohn-Netter nació el 16 de Junio de 1913, en el seno de una de las familias más respetadas, adineradas, influyentes e importantes del Imperio Alemán, los Netter. A principios del siglo XIX, su antepasado Wolf Netter encontró una mina de hierro y junto a su socio Jacobi fundaron la compañía de minería Netter&Jacobi. Debieron de tener éxito en su empresa, ya que a medida que avanzaba el siglo más poderosos se hacían, y expandieron el negocio al ámbito fabril. Su nieto Carl Leopold Netter fue el que llevó la compañía a la hegemonía en el sector, convirtiéndose automáticamente en una de las personas más importantes del Imperio. Trasladó la sede de la compañía de Baden a Berlín, a donde se mudó también. Tuvo una sola hija, Cecilie, que se casó con el médico Julius Seligsohn. Fruto de esa unión nació nuestra protagonista, Clara, la heredera de los Netter y de toda la industria pesada que la familia poseía.

Consciente del peso que recaía sobre sus hombros, decidió estudiar Derecho Mercantil en la Universidad Humboldt de Berlín en 1932. Lamentablemente, todos sabemos lo que pasaría un año después. Y parece ser que los Netter también se lo olían, ya que Clara abandonó la carrera en 1933, habiendo pasado solo un año en la universidad.

No hace falta mencionar que los Netter eran de ascendencia judía, como la mayoría de industriales, banqueros y comerciales alemanes de aquella época. Huyendo de Adolf Hitler (supuestamente), Clara y sus padres consiguieron asentarse en Londres en 1938, donde conocería al que sería su marido, un tal Adlerstein. Después de un tiempo indefinido el matrimonio Adlerstein se trasladó a Wellington, Nueva Zelanda.

Fue desde ahí cuando, ya mucho tiempo después de la caída del régimen nazi, en la década de los 50, Clara se puso de acuerdo con sus padres en Londres y decidió reclamar la herencia familiar. Las fábricas y explotaciones de los Netter en Alemania fueron “arianizadas” por Hitler y concedidas a la compañía Mannesmann de Düsseldorf, los denunciados.

El resultado de los juicios no está digitalizado, por lo que me quedé sin saber si Clara recuperó lo que era suyo por herencia.

A partir de aquí ya no se sabe nada más de Clara hasta un registro del año 2007. Debió de regresar al Reino Unido en algún momento, donde murió. Ahora mismo está enterrada en alguna parroquia del Gran Londres, cuyo nombre exacto está oculto en los archivos completos de la capital inglesa.

Quiero pensar que recibió alguna compensación por todo y que vivió una vida tranquila y feliz en las costas del Pacífico, y que volvió a visitar su antigua patria una vez sanados los crímenes del nazismo.

Como los lectores de este texto se podrán imaginar, no cabía en mí de ilusión y nervios al haber descubierto todo esto. Jamás pensé que este tipo de historias pudiesen darse en la realidad: descubrir la vida de alguien que vivió (valga la redundancia) tanto solamente habiendo encontrado un libro que le perteneció parece algo irreal, creíble tan sólo en películas de misterio en las que el protagonista tiene que arreglar a base de disparos y sangre fría un caso relacionado con alguna personalidad del pasado.

Le he cogido un cariño enorme a la figura de Clara Seligsohn-Netter. Me gusta pensar que estoy conectado a una persona de hace cien años que vivió unos momentos históricos tan intensos por haber adquirido un libro que era suyo y que probablemente dejó en su casa de Berlín (hoy en día el hotel Astoria de la ciudad) al huir. Seguramente fue encontrado por otra persona registrando la casa (posiblemente algún miembro de las SS), y fue pasando de mano en mano hasta llegar a un mercadillo en Madrid donde yo lo encontré. O quizás también fuese el libro favorito de Clara, se lo llevase con ella y su hijo se lo vendiese a alguien. No lo sabré nunca, y es mejor así, ya que puedo dejar volar mi imaginación al respecto.

En algún momento de mi vida viajaré a Londres, pagaré por ver los archivos y descubriré dónde está Clara. Iré a ver su tumba, le pondré unas flores y le contaré (en alemán, por supuesto) esta historia que os acabo de contar.

Clara Seligsohn-Netter fue heredera de la familia industrial más importante del Imperio Alemán, judía, proscrita y viajera; pero prefiero imaginármela como una chica de hace cien años que disfrutaba enormemente leyendo las aventuras de la venganza de Edmundo Dantés, el Conde de Montecristo, al igual que hice yo cuando devoré mi libro favorito por primera vez.

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[spoiler title=’Marta Elías – Clío’ collapse_link=’true’]Me he decantado por un personaje mitológico: Clío. Es una de las nueve musas de la mitología griega, hijas de Zeus, que vivían en el monte Parnaso (donde se encuentra el oráculo de Delfos). Concretamente es la musa de la Historia y de la Poesía Heroica. Sus atributos son una corona de laurel, una trompeta y un libro. A veces también un globo terráqueo y una guitarra, que se dice que la inventó. La imagen adjunta es una pintura de Johannes Vermeer.

Motivos por los que la he escogido concretamente a ella: En primer lugar, el simbólico. En mi familia tenemos artistas de campos muy diversos, así que se podría decir que tenemos muchas musas cerca. Matizando más, es la musa que nos correspondería a mí, que soy escritora, y además mi pasión y profesión frustrada es la historia, y a mi marido, que es guitarrista. Y por último, es uno de los primeros personajes que escribí para una historia ambientada en la Edad Heroica griega y le tengo muchísimo cariño.

Un saludo y gracias por estas chorradicas que nos animan un rato a la gente como yo!

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[spoiler title=’Ethgark Tyrsson – Adolf Hitler’ collapse_link=’true’]Porque lo veo más como el guerrero que fue; siempre fiel a su ideal.
Demostró aunque no procedía de alta cuna sus ambiciones si podrían llegar hacerlo. Desde muy joven se planteo su forma de pensar antisemita y nacionalista.
Tras el comienzo de la gran guerra se presento voluntario en el ejército del imperio alemán dando hincapié a su ideología ya que este no se componía de diferentes etnias como el austrohúngaro. Como soldado demostró ser disciplinado, aunque en el pasado fuese  declarado no apto para el servicio militar no dejo que esto le impidiera luchar. Al llegar el armisticio del imperio se propuso devolver a Alemania su antigua gloria militar nunca acepto la derrota que provino de una apuñalada por la espalda y no del frente de batalla la única manera que un guerrero conoce. Viendo sumida a Alemania en el caos y la agitación no conforme sobre llevando la pesada carga de ser tratados como perdedores por el Tratado de Versalles (no olvidemos que fue un armisticio un cese al fuego por parte de ambos combatientes) sin recursos, amigos en la política u otro medio que le ayudase a ascender rápidamente escaños se valió de su propia oratoria así logro unirse a un partido político con el cual simpatizaba, logro llegar a ser líder del partido.Tras un fallido golpe de estado Hitler fue acusado y enjuiciado por traición nunca se retracto de sus actos asumió la responsabilidad pero nunca acepto ser un traidor ya que no se consideraba como tal, tras un breve periodo en prisión fue liberado.
Nunca dejo su ideología reunió a las masas, las convenció, les hizo ver su punto de vista ganando fama por su gran elocuencia.Tiempo mas tarde ascendería al poder de Alemania devolviendo a esta un poco de estabilidad económica y social.Hizo alianzas y rearmo al ejercito se preparo para una guerra en tiempos de paz.Inicio una nueva guerra logrando en sus principios importantes victorias pero no durarían mucho ya que se vio rodeado de enemigos por su ego y su impaciencia quiso eliminar a otro enemigo sin antes haber destruido al anterior, esto lo llevo a su derrota y como una vez menciono en su libro “Si el
partido llegara a caerse a pedazos, le pondré fin a todo en tres minutos con un disparo.” solo que ya no se trataba de un partido político sino del tercer Reich dando así final a su propia vida quitándole esa satisfacción al adversario.
Durante su gobierno se le acuso crímenes horrendos tal vez sea cierto,el siempre busco lo mejor para su pueblo y díganme que civilización, gobierno o imperio no los ha cometido.Es el villano del siglo XX mas odiado y el mas reconocido; si alguien te pregunta en la calle quien es Atila, Herodes el grande,Iván IV Vasílievich,Cayo Julio César Germanico,Saloth Sar,Harry S Truman entre otros tal vez no lo sepan pero si les preguntas sobre Adolf Hitler la mayoría lo sabrá.

Y por ultimo le digo esto no todos los Nazis fueron racistas y no todos los racistas fueron Nazis .Nazi es una abreviación de Nationalsozialismus no un estereotipo el cual te convierta en un racista que odia a medio mundo.Y tardara en haber personaje que deje marcado su nombre en la historia como el.[/spoiler]

[spoiler title=’Miki Plana Murciano – Thor’ collapse_link=’true’]

Para el reto de este mes, que ya termina, elegir solo un personaje histórico es muy difícil… así que me quedo con Thor y la mitología nórdica! (aunque hay otras mitologías que me encantan, como la egipcia).

El porqué de mi elección es muy simple… desde pequeñajo me encantaban las historietas que me contaban mis padres para dormir (ya fuesen de: piratas, elfos, trolls, brujas, esqueletos, y un largo etcétera. Como veis muy variadas! :D). Y también por el amor que he tenido siempre de las tierras y paisajes del norte y el frío (adoro el frío ♥!).

Thor en la batalla contra los gigantes, de Mårten Eskil Winge (1872)
Thor en la batalla contra los gigantes, de Mårten Eskil Winge (1872)

Y ya que estoy…aprovecho para enseñaros mis creaciones en origami 3D, aquí tenéis a Thor, Odin, Frigga y Loki …basados en los personajes de Marvel Comics! 😀

Thor, Odin, Frigga & Loki
Thor, Odin, Frigga y Loki hechos con cartulina.

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0 thoughts on “El Reto de Mayo de Historia 2.0”

  1. Pues mi personaje favorito de la historia es Leif Eriksson, por mi gusto por lo vikingo y por ser de los primeros europeos en asentarse en América (aunque no le fuera muy bien).

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