septiembre

RETO de Historia 2.0 de SEPTIEMBRE: Cuéntanos la historia de alguna calle curiosa o que tenga historia que haya en tu ciudad

Podéis mandarnos la historia de la calle dónde vivís, de vuestra zona favorita de la ciudad, la historia tras el nombre de la calle o la historia tras la propia calle. Lo que queráis.

¿Cómo tenéis que participar en este reto? Debéis mandarnos un correo a reto@historiadospuntocero.com con una explicación del personaje y respondiendo al reto. Si podéis, mandadnos también una imagen del mismo. A medida que vayamos recibiendo las respuestas las iremos publicando en esta misma entrada y os mandaremos un diploma exclusivo por vuestra participación.

Si aún no sabéis qué es El Reto de Historia 2.0, pinchad aquí para saberlo. Asimismo, en el enlace que os facilitamos tenéis el banner del reto para descargalo y poder ponerlo en vuestras webs o allá donde queráis como participantes de El Reto Histórico.

Y si queréis ver el Reto de Enero con sus respuestas, pinchad aquí.

¡¡Animaos a participar y que la historia os acompañe!!


[spoiler title=’Laura Díaz – Calle Damas en Alcalá de Henares’ style=’default’ collapse_link=’true’]

Hay varias calles en Alcalá de Henares cuyos nombres traen reminiscencias del pasado pero entre todas ellas he escogido la calle Damas porque se escapa un poco de la temática universitaria que se encuentra en mi ciudad cada dos pasos (¡y a mucha honra! jeje). La calle Damas -o calle de las Damas- se llama así por ser la calle principal de la mancebía de la ciudad en la Edad Media, aunque su nombre confunde a muchos que creen que era lugar de paseo habitual de las damas «de verdad». Estaba situada en pleno barrio cristiano, tras la Catedral-Magistral, y se cree que su existencia pudo alargarse hasta la época universitaria.
En aquella calle se encontraba el prostíbulo más famoso de la ciudad -actualmente un bloque de viviendas- que más adelante se convirtió en una casa para “recogidas” instaurada por la Hermandad de Nuestra Señora de la Consolación. Curioso, ¿no?

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[spoiler title=’Pedro Huertas – Calle Peroniño y calle Caballero’ style=’default’ collapse_link=’true’]El primero hace referencia a la Calle Peroniño, situada en el Barrio de la Concepción. Posiblemente, si le preguntáis a cualquiera de los vecinos de mi ciudad, muy pocos sabrán el porqué del nombre.
En el siglo XV, Cartagena era sede de astilleros de la Corona de Castilla, una zona en la que no era muy recomendable vivir, puesto que desde que el Reino Taifa de Murcia pasara a manos castellanas, tanto piratas del Norte de África como barcos de origen genovés o veneciano, aracaban constantemente las costas cercanas a la ciudad. Así pues, Enrique III, en torno a 1404 envío al mando de una escuadra a Pero Niño, marino de la zona de Santander que, junto con sus naves y durante un par de años se dedicó a perseguir y hundir barcos de esos atacantes. Además, llegó a perseguir un navío de origen veneciano hasta las cercanías de la misma Venecia.
Tras su paso por Cartagena y la costa sur de la actual Andalucía, fue enviado al Canal de la Mancha, donde con sus navíos y refuerzos franceses, participó en la Guerra de los Cien Años, atacando posiciones inglesas e incluso conquistando la ciudad de Portsmouth.

El segundo relato es sobre la actual calle Caballero, que encontramos en el centro de la ciudad, muy cerca de la Plaza de San Francisco. El nombre procede de los siglos XVI-XVII, cuando un baluarte de la muralla proyectada en tiempos de Carlos V fue construído donde ahora está la calle. Muchas personas preguntan o piensan que allí vivió un caballero en tiempos remotos pero la explicación es la siguiente: en el siglo XVI, la palabra Caballero, con «b», significaba baluarte de muralla, mientras que la palabra «cauallero» es la que hace referencia a los señores que salvaban damiselas en apuros. Además, parte de la estructura la podemos ver todavía cuando visitamos el templo dedicado a Augusto -o Augusteum-, al que se accede desde esa misma calle. La muralla de Carlos V fue construída derribando parte de las estructuras de época romana de dicho templo, en concreto un pórtico que lo unía al foro.

romaenundia.wordpress.com [/spoiler]

[spoiler title=’Sarah Yaiza Canorea – La Calle del Toro’ style=’default’ collapse_link=’true’]

Una de las historias con las que cuenta el centro de Madrid es la de La Calle del Toro. En dicho lugar una familia colocó en una de las paredes de su vivienda la cabeza de un toro lidiado durante las fiestas reales. Se comentaba entre los vecinos que el animal muerto emitía bufidos cada día a la hora de su fallecimiento, lo que atrajo a numerosos curiosos que querían observar el extraño acontecimiento en directo. Con el paso del tiempo se descubrió que tales sonidos eran emitidos por el pequeño de la casa, que a modo de chanza soplaba por uno de los cuernos de toro que la familia tenía a modo de colección.
P.D: Bibliografía utilizada:
Escudero Ramos, Jose María. Historias,Curiosidades y algunas leyendas del antiguo y del moderno Madrid.  Madrid:Ediciones la librería, 2007.

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[spoiler title=’Raúl Rodrigo Esquerdo – Calle de Embajadores y Glorieta de Embajadores’ style=’default’ collapse_link=’true’]Durante el reinado de Juan II se produjo en Madrid una gran epidemia de cólera o de preste (según los libros consultados), lo que era muy frecuente en la Edad Media, y el rey se trasladó a Illescas, para protegerse. Los embajadores extranjeros que le acompañaban decidieron abandonar la ciudad y quedarse en los campos que estaban fuera del recinto amurallado y que pasó a denominarse ¨campo de los embajadores¨, después ¨portillo de Embajadores¨y terminando con su denominación actual (calle de Embajadores). Esta fue una de la zonas elegidas Mesonero Romanos cuenta una versión similar, pero la sitúa en el siglo XVI. Bibliografía Leyendas y anécdotas del viejo Madrid, de Francisco Azorín. Editorial Avapies Paseos por el viejo Madrid, de Javier M. Tomé Bona. Editorial Avapies [/spoiler]

[spoiler title=’Clara López – Plaça de la sal’ style=’default’ collapse_link=’true’]Este mes voy a animarme con el Reto Historia 2.0, y os voy a contar la historia de una plaza que no es plaza 😉 Lleida puede presumir de un larguísimo eje comercial peatonal al aire libre que supera los 4 km. Este eje atraviesa de este a oeste el Centro Histórico y en él podemos encontrar un pequeño tramo conocido como la Plaça de la Sal, entre el Carrer Sant Joan y el Carrer del Carme. Al que pase por allí le parecerá extraño eso de «plaza», ya que se trata simplemente de un tramo más de calle y no hay ninguna plaza a la vista… El nombre aparece a finales del siglo XVI, cuando en este lugar (que por aquel entonces sí que era una plaza) se instaló un estanco de sal, comercio que era monopolio real. Este monopolio se mantuvo hasta 1836, cuando la venta de sal pasó a ser libre, lo que provocó que el estanco desapareciera de la plaza. A pesar de la desaparición del comercio que le dio nombre, y de la plaza misma como consecuencia de los cambios urbanísticos de finales del siglo XIX y principios del XX, el lugar ha conservado su antiguo nombre… si bien muchos leridanos desconocen su existencia ;)[/spoiler]

[spoiler title=’Miki Plana Murciano – Pau Claris de Barcelona’ style=’default’ collapse_link=’true’]Para este reto tendría que hablar sobre una calle de donde vivo (Alaior, Menorca), pero no hay ninguna calle que me llame la atención ni encuentro información… por ello me he decantado por hablar sobre la calle de Pau Claris de Barcelona. El porqué de mi elección es simple y sencilla, ya que Pau Claris i Casademunt pertenece a mi familia. Sería mi taratarataratara…no se cuanto más…abuelo 🙂 La calle de Pau Claris es una calle en el Eixample de Barcelona. Atraviesa la red del distrito perpendicularmente a la primera línea de mar, entre Passeig de Gràcia y la calle de Roger de Llúria. Se inicia en la avenida Diagonal y termina en la Plaza Urquinaona, donde se convierte en Via Laietana. Es la segunda más transitada calle de sentido único en el distrito del Eixample.

Pau Claris i Casademunt

Pau Claris (1586-1641) fue un político y eclesiástico de Barcelona, perteneciente dentro de una familia de juristas originaria de Berga y vinculada a la baja nobleza y burguesía administrativa de Barcelona. Sus padres eran Joan Claris y Peronella Casademunt, y fue el pequeño de cuatro hermanos. Claris se doctoró en los dos derechos (canónico y civil) y fue nombrado canónigo de la Seu d’Urgell en 1612, cuando empezó su vida política. En 1638, fue el 94º presidente de la Generalitat de Catalunya y proclamó la República Catalana bajo la protección de Luis XIII y la soberanía de Francia en 1640. Cuando era sindico eclesiástico en las cortes de Barcelona (1626-32), se opuso a las pretensiones de la monarquía de Felipe IV y Olivares. En julio de 1638, fue nombrado diputado eclesiástico y pasó a presidir la Generalitat. Allí se encontró con problemas muy grabes económicamente, por culpa de una mala gestión y por el conflicto que había con la Corona castellana que prohibía cualquier comercio con Francia. Fue entonces cuando se inició el contacto con Francia, donde acabaría en la formación de una alianza catalono-francesa enfrontada a la Corona española. Este enfrentamiento daría lugar a la Guerra dels Segadors (1640). El 16 de enero de 1641 se proclamaba la República Catalana, pero por culpa de la entrada del ejercito de Felipe IV, una semana después Claris proclamó a Luis XIII como Conde de Barcelona, poniendo así el Principado de Cataluña bajo la soberanía francesa. Murió el 27 de febrero de 1641 a las 23:45 de la noche, envenenado, presuntamente por espías castellanos, con «Acqua di Napoli», un veneno hecho de arsénico y hierbas. Aunque hacia un año al menos que presentaba problemas de salud.[/spoiler]

[spoiler title=’Beatriz Hidalgo – plazuela del Doctor Camisón’ style=’default’ collapse_link=’true’]La plazuela del Doctor Camisón o plazuela del Duque se encuentra en la localidad cacereña de Coria; en concreto, en la plaza de la Catedral, la cual también alberga el palacio de los Duques de Alba. Esto respondería al nombre de plazuela del Duque, pues dicha plazuela se construyó como espacio libre para defensa del castillo que hoy ocupa el palacio de los duques de Alba, quienes se adueñaron de la ciudad en 1472, durante las guerras nobiliarias. Por otra parte, recibe el nombre de Doctor Camisón, porque Laureano García Camisón y Domínguez , médico del rey Alfonso XII, compró el palacio a finales del s. XIX.

Bibliografía: VALIENTE LOURTAU, Alejandro. Historia de los nombres de las calles y de las puertas de la muralla de la ciudad de Coria. Colección Temas Caurienses. Vol. 2. Coria: Excmo. Ayuntamiento de Coria, 1999.[/spoiler]

[spoiler title=’Marta Elías – Avenida Balaidos’ style=’default’ collapse_link=’true’]Pues justo hace unos días me preguntaba de dónde habría salido el nombre de Balaidos (Vigo), que es donde yo vivo (al lado del campo de fútbol del Celta, sí… muy divertido los días de partido para intentar llegar a casa en coche). Entonces he recordado vuestro reto de este mes y un magnífico trabajo de un vigués llamado Daniel Antomil Pérez que ha recopilado el nombre de todas las calles de Vigo y ha investigado su origen. Seguro que no es la más interesante, pero como la piso cada día y es conocida, ahí va:

Avenida Balaidos

El nombre viene porque en esta zona crecían avellanos, que en gallego son “abeleiras”. El origen está en el gallego antiguo, Avelaýde, y evolucionó primero en Abelaído y luego en Balaido. Más tarde se generalizó el uso del plural. Debo destacar que yo no he visto ningún avellano hoy día por la zona. El nombre se le dio en un inicio al estadio de futbol en los años veinte, y a la avenida en 1944 (aun antes de construirla) en honor a éste y no a los susodichos avellanos. La foto es del extremo oeste de la avenida, con el estadio al fondo a la izquierda.

La foto es del extremo oeste de la avenida, con el estadio al fondo a la izquierda.

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[spoiler title=’Miguel Barbero Álvarez – Jardín de San Carlos’ style=’default’ collapse_link=’true’]

En este Reto me gustaría hablar sobre un lugar que no se encuentra en mi ciudad de residencia (Madrid), sino en la que me gusta denominar mi “ciudad adoptiva” (La Coruña), ya que es donde paso mis vacaciones de verano con la familia.

Un sitio que me llama mucho la atención de La Coruña es el Jardín de San Carlos, construido en un baluarte de la antigua muralla defensiva de la ciudad, del siglo XIV. Las funciones militares del mismo se abandonaron en el XVI y fue reconvertido en jardín en el XVIII. Ignoro el porqué de su actual nombre, aunque es de suponer que se deba al hombre que recuperó el baluarte para ajardinarlo, el militar don Carlos Francisco de Croix.

Este personaje de origen francés ocupó altos cargos en el ejército de los primeros Borbones, llegando a la capitanía general de Galicia en 1756. Una vez allí se dedicó a las mejoras de infraestructuras entre las que se encontró la reutilización de los edificios militares abandonados como el baluarte que nos concierne. No obstante, el aspecto que el Jardín luce hoy en día, de concepción romántica, se atribuye al gobernador decimonónico Francisco de Mazarredo.

Carlos de Croix no es el único nombre militar ligado al Jardín. Cualquiera que conozca la historia de La Coruña sabe la importancia que han tenido los ingleses en varios de los acontecimientos que la ciudad protagoniza: sólo hay que fijarse en la hija pródiga de La Coruña, María Pita, la heroína que alentó a los ciudadanos a rechazar el desembarco inglés en 1589. O en la famosa Batalla de Elviña, durante la Guerra de la Independencia.

La Batalla de Elviña enfrentó en 1809 a la infantería del comandante escocés Sir John Moore con las fuerzas de ocupación francesas comandadas por el mariscal Nicolas Soult en la misma entrada a la ciudad. Ante las derrotas, la falta de moral y poca preparación de los británicos para una campaña en la península ibérica, Moore decidió emprender la retirada de los ejércitos restantes a Inglaterra, cuyos barcos les esperaban en La Coruña. Las tropas francesas les acorralaron antes de la partida, y, contrariamente a lo que se pudiese esperar, los británicos lucharon con destreza. De los 14000 soldados de Moore, sólo 900 perdieron la vida para que los 13000 restantes pudiesen embarcar. Entre los caídos se encontraba el mismo general, alcanzado por un cañonazo.

El propio Soult reconoció la victoria moral del enemigo y él mismo enterró el cuerpo de su rival. Hoy en día Sir John Moore descansa en un monumento funerario construido expresamente en pleno centro del Jardín de San Carlos, rodeado de placas conmemorativas de todas clases: desde un poema laudatorio de Rosalía de Castro hasta unas palabras del Duque de Wellington grabadas en piedra. Tampoco es raro ver la tumba rodeada de coronas de amapolas, como las que elaboran los ingleses para recordar a los caídos en tiempo de guerra.

A un lado del Jardín se encuentra el edificio del Archivo del Reino de Galicia, y bajando por la calle se llega a los Museos Militares y al Castillo de San Antón.

El Jardín de San Carlos es un lugar tranquilo ubicado en pleno casco antiguo de La Coruña, pegado al mar, y con una historia curiosa que contar. No hay año en el que no me pase un buen rato visitándolo.

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