“En la era de mil trescientos noventa, año del Señor de 1348, siendo Rey de Castilla e León Don Alfonso XI, e Maestre de la Orden de Calatrava Don Juan Núñez de Prado, llegó a estos pagos la llamada peste negra; e fizo su entrada por el sur, desde Andalucía, como si de una nueva invasión árabe se tratara, cruzando el paso de la junta de los ríos, do el Ojailén y el Fresneda se unen al Montoro para formar el Jándula, asolando las aldeas, e villas e ciudades del Campo de Calatrava”.
Con esta cita de una fuente anónima recogida en la bibliografía, encabezamos la cápsula de hoy, que tratará sobre una tradición perpetuada en el patrimonio inmaterial castellanomanchego, esta tradición tiene por nombre el «Santo Voto» y tiene su lugar de celebración en Puertollano (Ciudad Real).
Breves antecedentes.
Se estima que la peste pudo tener su origen en Asia Central, siendo los ejércitos mongoles los portadores de la misma hacia el Oeste. Cuando éstos asediaron Caffa (hoy en día Teodosia), se dice que los asaltantes lanzaban al interior de la ciudad con catapultas los cadáveres infectados de peste; una práctica habitual en los asedios medievales pero que, en este caso, la práctica no era óbice de infección por parte de la población ya que la peste no se contraía por contacto con los cadáveres.
Algunos de los supervivientes de Caffa portaron la enfermedad y la pusieron en contacto con los comerciantes que pululaban por el Mediterráneo; concretamente genoveses, venecianos y sicilianos. Se dice que en muchos casos los barcos arribaban a puerto sin nadie vivo a bordo. A pesar de todo, no serían solo las personas las que transmitirían la enfermedad sino también las ratas que viajaban a bordo de los barcos (no podemos olvidar que las medidas de higiene eran muy deficientes en la época, sobre todo en barcos que navegaban durante trayectos prolongados). Que las ratas pulularan libremente por calles y plazas y que la higiene del mundo medieval cristiano dejaba mucho que desear, supuso el caldo de cultivo perfecto para una epidemia sin precedentes que asoló toda Europa, provocando entre un 20 y un 60% de mortandad de la población rondando los 25 millones de personas en Europa y otros tantos millones en África y Asia.
La peste en la Península Ibérica.
Cabe pensar que la peste arribó a la península por los puertos mediterráneos y quizá en menor medida por los pasos pirenaicos con el reino de Francia, donde la mortandad fue incluso más catastrófica. Con todo, la población peninsular pasó de 8 millones a 2 en muy poco tiempo y el rey Alfonso XI falleció en 1350 en su asedio a Gibraltar por esta circunstancia.
En este contexto enmarcamos el episodio en la por entonces pequeña localidad de Puertollano, donde la epidemia arrasó a la población reduciéndola a tan sólo 13 familias, unos 75 habitantes. Fue entonces cuando los supervivientes hicieron juramento a la virgen de sacrificar una vaca por cada familia superviviente cada año, para así rogar su protección contra la epidemia y la muerte. Tal es el ejemplo que se nos cita:
“Estando en tan gran aprieto, e agotados todos los remedios que alquimistas e curanderos podían proporcionar, todos los que pudieron acudieron al templo para invocar la protección de la Madre de Dios, e pasaron toda la noche en la oración, e por especial mediación de la Virgen hallaron remedio y consolación… Ansí en renocimiento e gratitud por el celestial amparo facieron Santo Voto en honor de los desposorios de la Virgen con el Señor San José. Aquesta fiesta del Santo Voto es a perpetuidad, a celebrar todos los años el día de la octava de la Ascensión del Señor.
Aquesta celebración ha facerse ansí: se ofrendarán trece vacas, ansí como pan e garbanzos, para la alimentación de los vecinos, e pobres, e a todas las personas que vinieren a honrar e agradecer a Nuestra Señora la Gran Gracia e consolación que fizo a este pueblo e los que que de cortijos e alquerías vecinas vinieron le pedir ayuda e sanación”.
Un nuevo brote de la enfermedad arribó a Puertollano a finales del siglo XV, y los vecinos hicieron un segundo voto, decidiendo que erigirían una nueva ermita a la virgen para que la epidemia cesara; una ermita que hoy es de la virgen de Gracia, patrona de la ciudad con día festivo local en el 8 de Septiembre, el día señalado por la fuente descrita.
Un último retazo de la tradición dice que cuando el duque de Medinacelli visitó Puertollano en el siglo XVIII para conocer su famosa agua ferrosa (por aquel entonces con utilidad terapéutica), un panecillo del Santo Voto bendecido por el párroco de la ermita de la virgen de Gracia curó a su cochero de la peste.
Bibliografía:
VIRGILI, A.: «La peste negra. La epidemia más mortífera» en Revista Historia National Geographic, n. 103.
http://www.turismocastillalamancha.es/fiestas/fiesta-del-santo-voto-3977/descripcion-de-la-fiesta/
http://www.lacomarcadepuertollano.com/comarca/viejo_mensual/jun2002/pag17.html
http://www.puertollano.es/opencms/opencms/sites/pto/contenidos/Ciudad/Festejos/SantoVoto
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Municio Castro, Miguel Ángel. El Santo Voto de Puertollano (1 de diciembre de 2015) Historia 2.0 [Blog] Recuperado de: http://historiadospuntocero.com/el-santo-voto-de-puertollano/ [Consulta: fecha en que hayas accedido a esta entrada]
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