En esta segunda entrada acerca de Granada en época zirí, trataremos los aspectos puramente materiales y arqueológicos, siguiendo el trazado urbano de la ciudad mediante los vestigios materiales que podemos aún contemplar y los que ya han desaparecido y forman parte del registro arqueológico. ¡Espero que os ayude a disfrutar Granada de otra manera!
La Alcazaba al-Qadima. El asentamiento más antiguo.
Para estudiar el primer asentamiento zirí registrado en Granada debemos realizar un trayecto por los rectos que aún hoy son visibles de la primera muralla que protegía la alcazaba construida por Zawi.
Partiendo de la puerta de Monaita y el arco de las Pesas, la muralla continuaría por el carril de San Cecilio enlazando con la capilla actual dedicada al patrón. Este lugar era llamado en época islámica Bab Qastar o también llamada Hisn Ruman, cuyos nombres de lugar fortificado son ilustrativos de qué pudieron ser en época preislámica. Desde aquí continúa hasta el actual torreón situado en el centro de salud Albaicín, pasaba por la calle Espaldas de San Nicolás y tras el carril de las Tomasas. Junto a este convento habría otra torre de la que partiría un nuevo tramo de muralla que iría hacia el sur por el Carmen Aben Humeya para ir a parar a otra torre situada en la calle Guinea. Desde aquí se dirigiría a la placeta de las Escuelas, donde aún queda una torre bien conservada y proseguiría por la manzana de casas de números impares de San Juan de los Reyes. Esto conformaría el sector más próximo al Darro, donde existía una coracha para aprovisionarse de agua. Esta parte de la muralla está oculta por las viviendas que, como suele pasar en todas las ciudades con pasado medieval, se adosan a ella. La muralla continuaría hasta la placeta de las Porras para proseguir por la calle Beso y la cuesta de las Arremangadas hasta el carril de la Lona, donde de nuevo enlazaría con la puerta de Monaita. Esta sería la primera muralla, ampliada luego con el tramo de puerta Elvira debido a la construcción de la mezquita Aljama en el llano.
Se ha pensado que, en la zona de la muralla conservada y situada en la cuesta de la Alhacaba, pudiera haber un sistema de doble muralla. Es una hipótesis controvertida con elementos a favor y en contra, pero el hecho de que haya torreones semicirculares es lo suficientemente relevante como para detenerse en ello.
Por un lado debemos tener en cuenta que esta zona es la más noble de toda la alcazaba. Aquí es donde residirían los reyes ziríes y donde se encuentra el gran Aljibe del Rey. Es lógico pensar que hubiera un especial interés en fortificar esta zona y así lo demuestra el sistema de puerta en recodo de Monaita así como el juego de muralla y antemuralla del arco de las Pesas y de la capilla de San Cecilio. Por lo cual una doble muralla con un camino de ronda sería muy razonable, posiblemente realizado en época del emir Abd Allah, en un contexto de constante beligerancia con los reinos cristianos y en vistas a una inminente invasión almorávide. La técnica constructiva que caracteriza a prácticamente toda la muralla es el sistema constructivo de tapial con mampostería calicastrada y de calicanto.
Dentro de la fortaleza encontraríamos barrios como el arrabal de Badis, situado entre el palacio de Dar al-Hurra y el carril de la Lona. Aquí se encontraría la puerta del León, uno de los escasos postigos de la muralla zirí y del que resta sólo un torreón occidental. En este lugar es donde siempre se situó al palacio zirí aunque Torres Balbás no encontró nada en sus excavaciones. Con todo, es comprensible que existiese algún edificio palaciego donde habitasen los emires en contra del resto de la población.
Otro barrio sería el arrabal de los Morabitos, donde se situaría una mezquita de igual nombre y cuyo alminar aún prevalece en forma de campanario. En 1501 la mezquita sería convertida en capilla para finalmente ser demolida en 1517 y reconstruida como la actual iglesia aunque conservando el alminar. Este alminar fue construido en 1055 y es uno de los pocos vestigios completamente atribuibles a la dinastía zirí, siendo por ello uno de los restos andalusíes más antiguos de la Península y además contaba con su propio aljibe.
Por último tenemos el barrio de Raba’ al-Qawraya, situado en el sureste de la fortaleza. Se ubicaría en torno a la iglesia de San Juan de los Reyes y contaría con la mezquita de la Coracha Alta y la Coracha Baja. También se situaría el Bañuelo, llamado en su época el baño del Nogal, heredero en función y en estructura de las termas romanas.
La expansión urbana hacia el llano.
Con el tiempo, la fortaleza zirí irá ampliando su perímetro. Concretamente hablamos de una expansión Este y Sureste, formando un nuevo arrabal que conocemos como Axares o de San Pedro. Es entonces cuando se edifica la conocida puerta del Cadí, aunque realmente se llama de los Adufes. Esta puerta fortificada serviría para aprovisionarse de agua del Darro en caso de asedio así como para controlar el paso por el curso del río; de ahí que presente dos huecos rectangulares donde irían alojadas dos rejas de hierro. Dos excavaciones nos aportan datos sobre cómo sería este nuevo barrio en época zirí: la del convento de Santa Catalina de Zafra y en la calle Espino y Candil.
En la primera se documentaron estructuras ziríes en dos áreas dentro del patio intervenido, restos atribuidos a una zona de habitación y a un jardín. Había cerámica de mesa como ataifores con repié poco desarrollado y paredes cóncavas y cerámica de cocina como marmitas con cuerpo globular, cuello troncocónico y sin vidriar, lo cual no deja de resultar curioso.
En la segunda excavación se documentaron tres muros de piedra pertenecientes a una estructura habitacional. El suelo era de cal grasa y en él apareció cerámica de la época. Estas excavaciones nos indican que el barrio era residencial con casas generalmente de dos alturas y con un aprovisionamiento de agua directamente del aljibe del mismo nombre y del Darro.
En cuanto a la expansión de la zona sur, el barrio se extendería hasta la zona de Bib Rambla y la actual Casa de los Tiros donde, hasta este momento parecía ser una zona de almunias. Esta expansión provocó que hubiera que construir una nueva puerta, la de Bab Ilbira, y que aún hoy conserva el mismo nombre. La puerta contaría con la misma fortificación en recodo que la de Monaita y contaría con un rastrillo y las puertas en sí además de dos torres adosadas que vigilasen la entrada a la fortaleza. Su monumentalidad es debida a ser el principal acceso a la ciudad desde el Oeste y por dar acceso a una de las principales calles de la medina, como aún hoy es calle Elvira.
Pero la clave de esta nueva expansión es la construcción de una mezquita mayor o aljama para controlar las alquerías de los alrededores y que sería fruto de una ambiciosa planificación del poder central. La hipótesis más acertada sería pensar que la mezquita es anterior a 1055 y por tanto es obra de Badis, que es quien impulsa la construcción de este barrio y de la mezquita para legitimar su poder, ya que, aunque Torres Balbás nos menciona que era Zawi quien mandó construirla, no deja de ser una fecha demasiado temprana para tan magna obra en un momento en que la Granada zirí se limitaba al viejo perímetro romano del Albaicín. Si a esto le sumamos la fecha que nos ha llegado de la finalización de las obras en 1055, lo más aproximado sería pensar que las obras se iniciaron con posterioridad a 1038.
Según Antonio Fernández-Puertas[1] habría once naves, una central de 6 metros que serviría de eje principal, así como otras de 4 metros y las intermedias de 2,78 metros. En cada nave habría trece columnas exentas y catorce arcos, apoyando los del extremo norte en los contrafuertes de la fachada del patio. El mihrab debió sobresalir hacia la actual calle Oficios y el alminar quedaría incorporado por la parte septentrional.
Junto a la mezquita se hallaba la casa de las Abluciones, donde el musulmán impuro se lavaba antes de entrar en el recinto sagrado. Lo único conservado de la mezquita es el aljibe, que se tratará en el apartado correspondiente.
Otra excavación realizada en la calle Oficios, reveló un edificio de cierta entidad posiblemente dedicado a la fabricación cerámica, por lo que el barrio de la mezquita estaba también plenamente desarrollado y ocupado quizá por actividades artesanales y de intercambio.
Por otra parte y como hemos dicho antes, el entramado urbano de la Granada zirí englobaba también lo que hoy es la Casa de los Tiros que, como complejo alfarero, nos notifica ya el paso del espacio urbano al periurbano. Aquí se excavaron los hornos cerámicos más antiguos de Granada en 1993 correspondientes a la etapa zirí aunque sólo se documentaron dos hornos en los sondeos 3 y 4. El aporte de agua, fundamental para esta labor, vendría desde la acequia Gorda, concretamente de un ramal urbano denominado “de las tinajas”. Toda esta ocupación urbana nos habla de la importancia que Granada tenía ya en el siglo XI con una extensión realmente amplia, desde la Cuesta de la Victoria hasta Bib Rambla y desde Puerta Elvira hasta la Casa de los Tiros con un control además sobre el territorio circundante tal y como refleja la construcción de la acequia de Aynadamar y el puente sobre el río Genil.
El tema de los puentes merece un breve inciso, pues nos hablan de estructuras de la Granada zirí que servían para facilitar el paso sobre los ríos Darro y Genil. Sobre el Darro se han postulado dos candidatos: por un lado el puente del Cadí y por otro el del Baño de la Corona. El primero es el que ya conocemos y del que hemos hablado y el segundo sería especialmente importante ya que se encontraría al final de la calle Elvira y conectaría ésta con el barrio artesanal, logrando una excelente conjunción de la zona productiva de la ciudad con una de las calles con más entidad de la Granada zirí como era Elvira.
Los sistemas hidráulicos: acequias y aljibes.
Tal y como decíamos, es con el mundo musulmán con el que la planificación hidráulica adquiere cotas de desarrollo sin precedentes, al menos en la Península Ibérica. En el caso de Granada, es en el siglo XI cuando se desarrolla todo el sistema de acequias que hizo posible el desarrollo de la ciudad. El principal suministro de agua de la medina procede de la acequia de Aynadamar, probablemente anterior a la época zirí. Está situada en Alfacar y surge a partir de un afloramiento de la sierra de Alfaguara; e la que abastecería de agua al aljibe del Rey, situado en la placeta del Cristo de las Azucenas y cuenta con más de cuatro naves y una capacidad de unos 300 metros cúbicos.
Además de este, tenemos el aljibe de las Tomasas que también se nutriría de esta misma acequia. Tiene unas dimensiones de 6,00 x 6,50 m. y una altura de 4,65 m. con una capacidad de 154 metros cúbicos.
Otro aljibe sería el de San José, situado junto a la iglesia del mismo nombre. Estaría ligado a la mezquita de los morabitos ya mencionada anteriormente y contaría con una capacidad de 71 metros cúbicos y tendría unas dimensiones más reducidas: una nave de 7,29 m. de longitud x 2,82 m. de ancho y una altura media de 6 m.
A parte de la acequia de Aynadamar, que surtiría de agua a estos aljibes, se crearían otras a medida que la ciudad iba in crescendo. De tal suerte, el crecimiento urbano del Noroeste irá acompañado de la acequia de Axares y que recibiría agua del Darro y que será la principal fuente de abastecimiento para la mezquita mayor conservándose aún hoy su aljibe bajo la Lonja y la placeta de Oficios. Constaría de una planta de 8,45 x 6,45 m. y contaría con una capacidad de 157 metros cúbicos. Está claramente fechado en el siglo XI ya que está contextualizado con la construcción de la mezquita.
Otra acequia será la de Romayla, vinculada también al Darro pero que regaba la margen izquierda del río, donde se situaba todo el barrio artesanal.
A medida que la ciudad seguía creciendo se planteó la construcción de la acequia Gorda, alimentada por el Genil para regar toda la vega de Granada. De ella se desprendería la “acequia de las Tinajas” a la que hacíamos mención anteriormente para así abastecer el complejo alfarero de la Casa de los Tiros.
Otro elemento relacionado con la hidráulica sería la coracha de la puerta del cadí, sobre el Darro, de origen castrense y pensada para el abastecimiento de agua en caso de asedio. Será Seco de Lucena el que la incluya incluso dentro de la fortaleza antigua: “La qawraya castrense decía cubrir el camino que desde el extremo meridional de dicho primitivo recinto más cercano a la ribera del Darro conducía hasta este río; y no estimo muy aventurado suponer, con bastantes probabilidades de acierto, que el citado espolón arrancaba desde muy cerca del lugar en que media la calle Aljibe del Trillo descendiendo hasta él y descendía hasta el río casi en línea perpendicular al cruce del mismo, hasta el torreón que hubo en su margen derecha, al final de la calle del Bañuelo, torreón que más tarde, al ser construida Bab al-Difaf, o Puerta de los Tableros vulgarmente llamada Puente del Cadí, sirvió de flanco Norte a dicha puerta”.[2]
Por otro lado, citamos un fragmento del siglo XII de al-Zuhri muy ilustrativo al respecto del funcionamiento de este sistema: “El río entra en Granada por el Norte y sale por el sur entre las dos alcazabas, junto a una compuerta fortificada, de elevada construcción. En esta compuerta se habían colgado batientes blindados con placas de hierro y se construyeron murallas desde la alcazaba pequeña hasta la grande. En dicha compuerta fueron abiertas dos pequeñas puertas para poder aprovisionarse de agua en tiempos de guerra. [Esta compuerta] no tiene parangón en al-Andalus.”[3]
He querido citar este texto sobre todo para indicar que ya existía una fortificación en la colina de la Alhambra previa a la época nazarí; esto quiere decir que al menos desde el siglo XI había allí algún tipo de fortificación.
Citas en el texto.
[1] FERNÁNDEZ-PUERTAS, A.: “La Mezquita Aljama de Granada” Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos, sección árabe-Islam 53 (2004), pág. 54, nota 41. En SARR MARROCO, B.: La Granada Zirí (1013-1090). Análisis de una taifa andalusí, Tesis Doctoral, pág. 256.
[2] SECO DE LUCENA, L.: “Acerca de la Qawraya de la Alcazaba Vieja de Granada”, al-Andalus XXXIII (1968), págs. 197-203, espec. 198-200. En SARR MARROCO, B.: La Granada Zirí (1013-1090). Análisis de una taifa andalusí, Tesis Doctoral, pág. 283.
[3] AL ZUHRI, K. al-Ya rafiyya trad. El mundo en el siglo XII. Estudio de la versión castellana y del “Original” árabe de una geografía universal: El tratado de Al Zuhri Barcelona, 1991, pág. 170. También en FERNÁNDEZ-CAPEL BAÑOS, B.: “Un fragmento del Kitab al-Yu’rafiyya de al-Zuhri sobre Granada”, Cuadernos de Historia del Islam, 3 (1971), pág. 123. En SARR MARROCO, B.: La Granada Zirí (1013-1090). Análisis de una taifa andalusí, Tesis Doctoral, pág. 284.
Bibliografía.
SARR MARROCO, B.J.J.: La Granada Zirí (1013-1090). Análisis de una taifa andalusí. Tesis Doctoral. Director: Antonio Malpica Cuello. Universidad de Granada, 2009.
GUICHARD, P.: “Crecimiento urbano y sociedad rural en Valencia al principio de la época de los reinos de Taifas (siglo XI)” en Estudios sobre Historia Medieval, pp. 153-174, Valencia, 1987.
- Analizando históricamente El Ministerio del Tiempo: Capítulo 12 – El monasterio del tiempo - 14/03/2016
- «La creación de la mujer en la mitología griega. Pandora» por Raquel Alvarado Fernández - 10/03/2016
- Analizando históricamente El Ministerio del Tiempo: Capítulo 11- Tiempo de hidalgos - 08/03/2016