Desde la abdicación del zar Nicolás II en febrero de 1917 (marzo según el calendario gregoriano) Rusia se encontraba dirigida por el Gobierno Provisional, primero presidido por Lvov (marzo-julio) y posteriormente por Kérenski.
No obstante, la insistencia por parte del gobierno en continuar inmersos en la I Guerra Mundial —llamada por entonces La Gran Guerra— no hacía sino ahondar en los problemas preexistentes que llevaron en su momento a la Revolución de Febrero. A la grave crisis económica y a la necesidad de profundas reformas para una población predominantemente agrícola se les unía la constante movilización de soldados hacia el frente. Punto clave, este último, para entender la posterior anexión de los soldados al levantamiento.
Por otra parte, el frustrado golpe de estado —a finales de agosto— del contrarrevolucionario zarista Kornílov (a quien el propio Kérenski había nombrado comandante en jefe del ejército ruso) había debilitado la confianza en el Gobierno Provisional y aumentado el poder de los sóviets.
Para los bolcheviques la única solución posible pasaba por hacerse con el poder, pero se debatían entre dos opciones. Por un lado el recién retornado Lenin proponía una insurrección armada exclusivamente bolchevique, pero había muchos partidarios de llevar una estrategia menos agresiva. Con Trotski como principal organizador —y tras fallar en el intento de formar un gobierno socialista en el Consejo de la República— el plan alternativo pasaría por asegurarse primero el control y total apoyo del Sóviet de Petrogrado durante el II Congreso de Sóviets, planeado para el día 25 de octubre (greg. 7 de noviembre).
Esa era la disyuntiva entre las filas bolcheviques, pero los sucesos se precipitaron cuando el 9 de octubre[1] —ante la ocupación de las islas bálticas por fuerzas alemanas— el gobierno ordena a una tercera parte de la guarnición de la capital acudir al frente norte. La guarnición, sin embargo, repudia al gobierno y jura lealtad al Sóviet de Petrogrado. Lenin —que se encontraba exiliado voluntariamente en Finlandia desde verano— regresa de inmediato a la capital y consigue que el Comité Central bolchevique se reúna el 10 de octubre y apruebe el alzamiento armado, aunque de momento sin fecha concreta.
Por otra parte, el Sóviet de Petrogrado —presidido ya por Trotski desde el 23 de septiembre— aprueba la creación del Comité Militar Revolucionario (CMR) el 12 de octubre. El CMR empieza a actuar de inmediato, tomando rápidamente el control de los regimientos de la capital, cuarteles (como la Fortaleza de San Pedro y San Pablo) y puntos estratégicos de la ciudad tales como correos, estaciones, puentes, etc.
El Gobierno Provisional, ante la escasa ayuda militar que consigue reunir, se refugia en el Palacio de Invierno, que deberá ser defendido por apenas 400 cadetes, tres regimientos de cosacos, el Batallón de Mujeres y una compañía de ciclistas.
EL ASALTO AL PALACIO DE INVIERNO
Al contrario de lo que se muestra en las numerosas dramatizaciones posteriores, el asalto al Palacio de Invierno fue en realidad bastante pacífico teniendo en cuenta las circunstancias.
Durante el 24 de octubre, Kérenski había tratado infructuosamente de controlar a la milicia de la ciudad —que se negó a arrestar a los miembros del CMR y no participó en la defensa del gobierno — y acelerar la llegada de tropas leales a la capital (para lo que abandonó el Palacio de Invierno a media mañana). Además, por seguridad, a primera hora del día el Gobierno había pedido al crucero Aurora —que se encontraba en los astilleros— que abandonase la capital. Los marinos del buque se amotinaron contra sus oficiales y se negaron a seguir las órdenes.
Precisamente el Aurora —que desde la madrugada del 25 controlaba los puentes y la estación de tren— sería uno de los grandes protagonistas de la toma del Palacio. Este se encontraba cercado por los bolcheviques, que habían formado dos anillos concéntricos[2] rodeando el Palacio. A las 19:10h. expiraba, sin confirmación positiva, el ultimátum que exigía la rendición del Gobierno y de sus tropas. En las dos horas siguientes parte de las fuerzas que defendían el Palacio irían negociando con los asaltantes, paulatinamente, su marcha.
Por fin, a las 21:40h., el crucero Aurora —que estaba anclado en el río Nevá— lanzaría un cañonazo de fogueo contra el Palacio, señal pactada para que se iniciase el asalto. Para entonces, sólo una pequeña parte de las tropas leales al gobierno aún permanecían en su puesto. Así, a través de ventanas y puertas, los asaltantes empezaron a entrar —sin apenas resistencia ni víctimas— al Palacio. Muchos de los defensores se rindieron o fueron desarmados en la hora siguiente. Tan sólo el Batallón de Mujeres se negó en rotundo a entregar las armas.
Alrededor de las 23h se reanudó el bombardeo, esta vez con munición real. Desde las 23:30 se les une la Fortaleza, que disparó una treintena de proyectiles contra el Palacio, aunque sólo dos o tres causaron daños. Esto provocó aún más rendiciones entre las tropas defensoras, lo que facilitó que nuevos asaltantes fueran capaces de entrar en el Palacio. Aunque lento, el avance fue constante, y hacia las 2 de la madrugada las tropas bolcheviques alcanzaron por fin el gabinete donde estaban reunidos los ministros. Estos decidieron dar órdenes a los cadetes de no disparar y entregar las armas. Se procedió al arresto de todos los ministros presentes (recordemos que Kérenski, y también Prokopóvich, se encontraban fuera) y se les condujo a pie a la Fortaleza de San Pedro y San Pablo. Los bolcheviques se habían hecho con el poder.
EL II CONGRESO DE LOS SÓVIETS
A todo esto, desde la mañana del 25 de octubre unos 670 delegados se encontraban reunidos esperando a que diese comienzo el II Congreso Panruso de los Sóviets. Los bolcheviques, que contaban con 300 delegados, habían intentado retrasar el Congreso hasta que se produjese el derrocamiento del Gobierno Provisional; pero ante la insistencia del resto de delegados, se vieron obligados a dar comienzo a las 22:40 (con casi 9 horas de retraso).
El Congreso aprobó inicialmente la propuesta del menchevique Mártov de formar un Gobierno democrático entre todos los partidos que formaban parte del Sóviet de Petrogrado. Para entonces ya empezaban a oírse los primeros cañonazos. Cuando se supo que finalmente el Gobierno Provisional había sido derrocado por los bolcheviques, la mayoría de los congresistas del PSR (Partido Social-Revolucionario), y también los mencheviques internacionalistas, abandonaron la sala en señal de protesta. Trotski no dudó en tachar su actitud de contrarrevolucionaria. Tras la salida de la mayoría de delegados opuestos al golpe que se estaba produciendo en ese momento, tan sólo los miembros del Partido Socialrevolucionario de Izquierda (miembros escindidos de la fracción más izquierdista del PSR) permanecieron en el Congreso intentando moderar la postura de los bolcheviques.
Con Lenin aún ausente, se procedió a la lectura —por parte de Lunacharski— de un comunicado suyo en el que anunciaba la toma de poder y las primeras medidas. A saber: declaración de paz y armisticio en todos los frentes, traspaso de la tierra a los campesinos, control obrero de la producción, abastecimiento de pan en las ciudades y productos básicos en los pueblos así como la democratización del Ejército. Además, se aseguraba mantener la convocatoria de la Asamblea Constituyente.
A la mañana, ya agotados y somnolientos, se aprueba un receso para dormir. Durante la noche del 26 de octubre se reanuda el Congreso, ya con Lenin presente, y el punto clave será la formación de un nuevo Gobierno. Trotski, para evitar mantener los términos —según él burgueses— ministro y gabinete, propone usar en su lugar comisario y sóviet. Así, se aprueba la creación del Consejo de Comisarios del Pueblo (o Sovnarkom) cuyo primer presidente será —la duda ofende— Vladímir Ilich Uliánov, alías Lenin.
LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE
La organización de una Asamblea Constituyente había sido una de las funciones del Gobierno Provisional tras la abdicación del zar Nicolás II (y la renuncia al trono de su hermano Miguel), pero la lentitud en los preparativos y, finalmente, la toma de poder por parte de los bolcheviques provocaron que en última instancia fuese el Sovnarkom el encargado de su convocatoria.
Las elecciones, que tuvieron lugar entre el 12 y el 14 de noviembre (dependiendo de los distritos), no arrojaron, sin embargo, los resultados esperados por los bolcheviques. Las urnas dieron una victoria abrumadora a los social-revolucionarios que consiguieron 380 diputados[3] frente a los 168 de los bolcheviques. El resto de escaños se repartieron entre mencheviques (18), kadetes (17) y Socialistas Populares (4), además de otros 77 repartidos entre las numerosísimas minorías.
La Asamblea, una vez constituida, se reunió por fin el 18 de enero de 1918 y eligió al social-revolucionario Víktor Chernov como presidente. A continuación se aprobó el reparto de la tierra y se proclamó a Rusia como República Federal y Democrática.
Ante este contratiempo para implantar el ansiado régimen socialista, al día siguiente los bolcheviques disolvieron la Asamblea por la fuerza y declararon nulos los resultados. Esta acción sería el detonante para la inminente Guerra Civil.
NOTAS
[1] A partir de aquí todas las fechas del artículo harán referencia a la cronología oficial rusa, que aún utilizaba el calendario juliano. Para obtener la fecha equivalente en nuestro calendario actual (el gregoriano) basta con sumarle 13 días.
[2] El interior para presionar a los sitiados y el exterior para evitar cualquier posible intento de auxilio.
[3] Los datos exactos de la votación no se conocen, por lo que aunque la victoria del PSR es indiscutible el número de escaños conseguidos varía según el estudio. Las cifras que doy a continuación proceden del estudio de Oliver H. Radkey, que agrupa los votos del PSR con los de sus escisiones afines para alcanzar esos 380 escaños social-revolucionarios. Probablemente el PSR, por sí sólo, conseguiría entre 299 y 308 escaños.
BIBLIOGRAFÍA
- Faraldo, José M. (2017): La Revolución Rusa: Historia y memoria. Madrid: 2017
- Taibo, Carlos (2010): Historia de la Unión Soviética: De la revolución bolchevique a Gorbachov. Madrid: 2017.
- Veiga, F; Martín, P.; Sánchez Monroe, J. (2017): Entre dos octubres: Revoluciones y contrarrevoluciones en Rusia (1905-1917) y la guerra civil en Eurasia. Madrid: 2017
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Cuesta Hernández, Alfonso: La Revolución de Octubre (8 de noviembre de 2017) en La Misma Historia [Blog]. Recuperado en: https://lamismahistoria.es/revolucion-octubre/ [Consulta: fecha en que hayas accedido a esta entrada]
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