El 8 de mayo de 1429 se produjo la liberación del sitio de Orleans por parte de los franceses con Juana de Arco a la cabeza, en el contexto de una de las guerras mas longevas de la historia. Vamos a aprovechar estos hechos para sintetizar en qué contexto nos encontramos y la influencia que tuvo la Doncella de Orleans en el devenir del conflicto.

Contexto: La Guerra de los Cien Años

Para entender la importancia del sitio de Orleans hay que saber que nos encontramos en la fase final de la Guerra de los Cien Años (1337-1453) entre dos grandes potencias del momento: Francia e Inglaterra.

El detonante del conflicto fueron las tierras que poseían los monarcas ingleses en territorio francés debido a que desde que en 1154 Enrique II accediera a la corona inglesa, al ser conde de Anjou esas posesiones se vincularon directamente a la monarquía inglesa, y por tanto tenía legítimo derecho a reclamar la corona francesa.

Aunque conocemos el conflicto bajo este nombre, no se trata más que de una invención historiográfica, ya que a la escuela del momento les sorprendía la longevidad de dicho enfrentamiento y por ello, desde mediados del siglo XIX fue bautizada bajo el nombre de Guerra de los Cien Años, aunque realmente duró algo más: 116 años.

La guerra empezó con claras victorias inglesas: Batalla de Sluys (1340), Crecy (1346), Poitiers (1356), aunque rápidamente cambian las tornas con victorias francesas en La Rochela, Hastings o Portsmouth entre 1377 y 1380. De tal forma que llegamos a la gran batalla de Agincourt el 25 de octubre de 1415, donde los ingleses acaban con el ejército francés que les doblaba en número, pero se tuvieron que volver a Inglaterra debido a la escasez de alimentos para movilizar a sus tropas.

Batalla de Agincourt en una miniatura del siglo XV
Miniatura de la Batalla de Agincourt. ‘St. Alban’s Chronicle’ (s. XV), Lambeth Palace Library (Londres).

Esta última batalla obligó al rey de Francia a firmar el Tratado de Troyes con el que, entre otras concesiones, se reconocía al monarca inglés como heredero al trono tras la muerte de Carlos VI.

El devenir de la historia quiso que en 1422 murieran ambos monarcas en un plazo de tan solo tres meses, y Francia decidió incumplir el pacto y coronar a Carlos VII en lugar de a Enrique VI, lo que llevó una vez más a ambas naciones a la guerra llegando al asedio de Orleans, última ciudad de la región fiel a Carlos VII. Aunque a posteriori, debido a la derrota que sufrieron tanto en Orleans como en París y los problemas internos sufridos en Inglaterra, los ingleses acabaron retirándose y devolviendo Aquitania (1453) y Normandía (1450), tan solo pudiendo retener la ciudad de Calais.

 

Juana de Arco: La Doncella de Orleans

Si seguimos la leyenda, Juana de Arco nació el 6 de enero de 1412 dentro de una familia de campesinos en Domrémy (Lorena), y mientras Carlos VI sufría derrota tras derrota ella tuvo una serie de visiones divinas de San Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita que le solicitaban llevar una vida devota y piadosa, mientras que San Miguel le ordenaba que debía liberar Francia e incluso llego a predecir que ella seria quien levantaría el asedio de Orleans, siempre según la leyenda.

«Yo tenía trece años cuando escuché una voz. Esa voz me decía que yo levantaría el asedio de Orleans: Tú debes salvar a la nación y al rey.»

Tras este “evento” Juana inició su viaje en busca del delfín, que, tras ciertas desavenencias, consiguió llegar al Sitio de Orleans el 29 de enero de 1429.

Asedio y liberación de Orleans

El ejército inglés tomó el puente del Loira y el 12 de octubre ya dominaban la orilla izquierda del río. Poco después, el 27 de octubre, consiguieron tomar la bastilla de Tourelles; aunque a cambio perdieron al comandante Lord Salisbury, por lo que decidieron rendir Orleans por hambre debido a su dificultad y, para ello, levantaron hasta 13 fortificaciones alrededor de la ciudad para cortar cualquier comunicación con el exterior.

Es en este contexto cuando aparece nuestra protagonista, que tras varios intentos consigue entrar a la zona norte de la ciudad el 29 de abril y ya finalmente a la propia Orleans el 3 de mayo a lomos de un corcel blanco y seguida por las tropas de Carlos VII.

Juana de Arco entra en Orleans (J.J. Sherer, 1887)
«La entrada de Juana de Arco en Orleans» (1887), obra de Jean-Jacques Scherrer.

Tan solo dos días después tomaron la fortaleza de los Agustinos, y el 7 de mayo se incendió la fortaleza sur, provocando que al día siguiente los ingleses huyeran de Orleans abandonando sus máquinas de guerra y diversos pertrechos.

La figura de Juana no fue solo importante en el aspecto táctico, ya que consiguió pasar los puestos ingleses para acceder a la ciudad, si no que fue un símbolo que le dio valor a los franceses para luchar cuando ya todo estaba prácticamente perdido, llegando al punto que en diversas batallas Juana no estaba presente pero sí lo estaba su estandarte, provocando que las milicias y los habitantes de la ciudad les apoyaran.

«No he venido a Poitiers para dar señales. Pero llevadme a Orleans y os mostraré las señales por las que he sido enviada.»

Epílogo

Tras tomar parte en distintas batallas capitales para expulsar a los ingleses del continente, Juana de Arco fue capturada por el Duque de Borgoña el 24 de mayo de 1430 en el asedio de Compiegne, cuando en plena retirada el capitán de la ciudad, Gillaume de Flavy, decidió cerrar la ciudad dejando a Juana en el exterior y a merced del ejército borgoñón.

Después de varios intentos de huida fue entregada a los ingleses y llevada a juicio en Ruan (Normandía) el 21 de febrero de 1431. El objetivo de dicho juicio era demostrar que Carlos VII había sido fiel seguidor de una bruja que no escuchaba voces de santos, y de tal forma evitar la coronación del futuro rey de Francia.

Fue un proceso judicial largo, que terminó el 23 de mayo siendo condenada por apóstata, hereje, mentirosa y blasfema hacia Dios y los Santos. Al principio se retractó de su confesión, y por ello fue condenada a cadena perpetua; pero al ver que volvía a ser entregada a los ingleses en lugar de ser llevada a una cárcel eclesiástica, cambió su versión a la inicial y fue condenada a la hoguera el 30 de mayo.

Años después, el papa Calixto III reabrió el caso para corroborar la absolución de Juana, cuya inocencia fue confirmada en 1456 declarando a sus jueces herejes al mismo tiempo. Aunque no fue beatificada hasta el 18 de abril de 1909, o canonizada por Benedicto XV el 16 de mayo de 1920, coincidiendo con su reconocimiento como santa patrona de Francia.


BIBLIOGRAFÍA


Si quieres utilizar este texto perteneciente a Historia 2.0, no olvides citarnos de la siguiente forma:

De La Gándara, Sergio: Juana de Arco y el Sitio de Orleans (8 de mayo de 2018) en La Misma Historia [Blog]. Recuperado en: https://lamismahistoria.es/juana-arco-orleans/ [Consulta: fecha en que hayas accedido a esta entrada]

Sergio de la Gándara
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