Parece mentira que de una semana de cine organizada por el comercio local de San Sebastián en 1953 se llegara al Festival Internacional de la magnitud de hoy en día, pero así es. El éxito de esa primera edición fue tal que para la segunda ya tenía respaldo de sindicatos y gobierno, además de la categoría B otorgada por la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos (FIAPF). El festival se abrió al cine norteamericano a partir de 1957, y gracias a ello se le concedió la máxima categoría, la A, que solo tienen otros seis festivales europeos, entre ellos Cannes, Venecia o Berlín. Desde ese mismo año se establece la Concha de Oro como premio principal. Otro de los hitos fue el fin de la censura en 1977, año en el que el festival se cerró con Ese oscuro objeto de deseo de Luis Buñuel.

 

EL ICÓNICO ESCENARIO: EL HOTEL MARÍA CRISTINA Y EL TEATRO VICTORIA EUGENIA

Pero antes de continuar hablando de celebridades y anécdotas, que no son pocas en todos estos años, es necesario mentar los dos grandes pilares arquitectónicos sobre los que el festival se ha sostenido desde su inicio, y que se han convertido en elementos indispensables: el Hotel María Cristina y el Teatro Victoria Eugenia.

El hotel y el teatro en una postal

A finales del siglo XIX, San Sebastián se convirtió en lugar de descanso y reunión de las clases acomodadas. Una de las personalidades que tenía predilección por la ciudad era María Cristina de Austria, reina consorte de Alfonso XII y regente de su hijo Alfonso XIII. Situó allí la corte de verano desde 1887 a 1929, instalándose primero en el palacio de los Duques de Bailén y mandando construir más adelante el Palacio Miramar. San Sebastián era un pueblo pequero que de repente se había puesto de moda entre la jet set, por así decirlo, y tenía que ponerse a la altura de tan ilustres huéspedes. Este periodo de florecimiento, la llamada Belle Epoque, pareció estallar de repente en julio de 1912 con la inauguración de diversas infraestructuras: el Hotel María Cristina, el Teatro Victoria Eugenia, el Balneario La Perla del Océano y el funicular de Igueldo.

El Hotel María Cristina, diseñado por Charles Mewes, abrió sus puertas el 12 de julio de 1912 y la primera en cruzarlas fue aquella que le daba nombre, la reina María Cristina. Este lujoso emplazamiento —con 4 estrellas hasta 1986, y 5 desde entonces— ha sido el alojamiento de las estrellas internacionales que han visitado el festival desde sus inicios y escenario clave en su historia, aunque con un breve paréntesis; en 2003, una huelga de empleados obligó a las estrellas a reubicarse en distintos hoteles de la ciudad.

Por su parte, el Teatro Victoria Eugenia se inauguró el 20 de julio de 1912 y recibió el nombre de la reina consorte, esposa de Alfonso XIII. Sin embargo, la homenajeada no fue la primera en entrar, sino que los reyes lo visitaron al día siguiente. Los edificios se encuentran uno frente al otro, por lo que facilita que los invitados accedan por la alfombra roja. Pero su presencia en el festival tuvo un paréntesis más largo que el episodio del hotel; a partir del año 2000 permaneció cerrado por obras y no reabrió hasta 2007.

 

PRIMERAS CELEBRIDADES Y ESTRENOS

Carrie Fisher y Harrison Ford (1977)

El festival contó con su primera estrella de renombre internacional en su sexta edición, en 1958, con la presencia de Kirk Douglas presentando Los vikingos. La misma edición que Hitchcock, pero, aunque ya tenía fama en el extranjero, el director no era tan conocido en España.

Desde entonces ha vivido grandes hitos, como el estreno internacional de Vértigo ese mismo año y el de Con la muerte en los talones al año siguiente. No volvió a acoger un estreno mundial hasta 2004, con Melinda y Melinda de Woody Allen, “robándole” ese honor al festival de Venecia, donde hasta entonces estrenaba sus películas el director. Pero San Sebastián también contó con estrenos nada desdeñables en el ámbito europeo. Entre ellos, Tiburón y la saga de Star Wars.

 

ANÉCDOTAS

Y ahora sí, pasemos al salseo de celebridades, que a todos nos gusta. Posiblemente lo más conocido es la “maldición” que inició Bette Davis. Después de recibir su galardón, se dirigió a París, donde ingresó en una clínica y murió del cáncer que padecía. Eso sí, pidió que la enterraran con el vestido con el que recibió el premio. La cosa quedaría ahí, pero otros homenajeados con el mismo premio murieron después de recibirlo: Anthony Perkins y Lana Turner; o poco antes de recibirlo, como el caso de Paco Rabal. Pero hay episodios menos macabros, como Glenn Close cancelando la reserva de la organización en el restaurante de lujo para irse de pinchos, o Michael Fassbender apareciendo en moto de madrugada en vez en el avión que le habían ofrecido. Otra curiosidad es que Francis Ford Coppola recibió una Concha de Oro antes de ser conocido y la vendió —que era de oro macizo— para pagar sus siguientes películas.

Sonrisa para la historia de Elizabeth Taylor en San Sebastián

También unas cuantas pusieron tensas a la organización, y además, de las de más alto rango. Glenn Ford parece ser que se lo pasó muy bien de fiesta después de la proyección de Gilda, porque no quería irse y se negó a coger el avión; y Elizabeth Taylor se llevó una pitada del público por llegar más de una hora tarde a la presentación de Una hora en la noche, pero tampoco le importó demasiado. Dijo al respecto: «entiendo perfectamente lo que me gritan, pero no saben que lo que quedará para la historia es mi sonrisa.»

Y otra fricción sonada, pero que por suerte no cumplió su promesa de estallar en pleno festival: Lana Turner, cuando iba a recoger su premio en 1994 —por el que murió al año siguiente según la maldición de Bette Davis— iba a coincidir con Mickey Rooney. Éste había publicado poco antes un libro de memorias en el que decía que habían mantenido un romance de jóvenes y tenían una hija secreta. Ella lo negó y prometió darle una bofetada cuando se vieran en San Sebastián, así que él la esperó en el vestíbulo del Hotel María Cristina. La organización, para evitar el encuentro, convenció a una televisión rusa para hacerle a Rooney una larguísima entrevista y al final consiguieron que no coincidieran.

Es que más de 60 años de historia dan para mucho. ¡Y lo que queda!

 


BIBLIOGRAFÍA


Si quieres utilizar este texto perteneciente a La Misma Historia, no olvides citarnos de la siguiente forma:

Elías Viana, Marta: El Festival Internacional de Cine de San Sebastián (15 de junio de 2017), en La Misma Historia [Blog]. Recuperado en: https://lamismahistoria.es/festival-cine-san-sebastian/ [Consulta: fecha en que hayas accedido a esta entrada]

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