Marie Curie es uno de los grandes nombres femeninos de la ciencia. El descubrimiento de dos nuevos elementos, el polonio y el radio, y sus estudios sobre el aislamiento de los isótopos radiactivos revolucionaron la Física y, con su aplicación a este campo, la Medicina.

Marie nació en Polonia en una familia de maestros. Su padre era profesor de Matemáticas y Física, y enseñó a sus hijas en casa. La familia era de cultura y lengua polaca en un momento en que el país estaba dominado por Rusia, que imponía su propia cultura. A causa de esto, Marie y su familia vivieron una etapa difícil durante su infancia.

Ya de adultas, su hermana Bronisława y ella no pudieron entrar en una universidad normal, ya que no aceptaban mujeres. Pero sí lo hicieron en la “universidad flotante”, una institución clandestina de carácter patriótico polaco.

Marie y su hermana pactaron ayudarse mutuamente con los estudios y los siguientes años tuvo que trabajar mientras Bronisława cursaba medicina en París. Cuando su hermana, ya casada, la invitó a ir a París a estudiar, Marie se negó hasta conseguir ahorrar el precio de la matrícula, cosa que le costó otro año y medio y la ayuda de su padre. Durante ese tiempo continuaba leyendo y formándose por su cuenta y en la universidad flotante, donde pudo hacer prácticas de laboratorio con su primo, que había sido asistente del célebre científico ruso Dmitri Mendeléyev.

Marie en La Sorbona en 1891

Marie llegó por fin a París en 1891 y continuó sus estudios de matemáticas, física y química ya en La Sorbona. En este tiempo estudiaba de día y daba clases de noche para sobrevivir. En 1894, ya licenciada, comenzó a trabajar como científica en la investigación de las propiedades magnéticas de diversos aceros. La necesidad de un laboratorio mayor llevó a que otro físico le presentara a Pierre Curie. El trabajar juntos los unió y Pierre le propuso matrimonio, pero en un primer momento ella lo rechazó porque tenía en sus planes volver a Polonia.

Marie volvió a su país natal y trabajó allí casi un año esperando conseguir un puesto de docente universitaria, pero fue rechazada por ser mujer. Pierre la convenció por carta para que volviera a París y allí se casaron en 1895.

Desarrollaron su trabajo en un pequeño cobertizo mal ventilado cedido por la facultad y desconociendo los riesgos de la radiación. Allí, Marie inició sus estudios sobre la radiactividad como parte de su tesis para el doctorado.

En verano de 1898 anunciaron el descubrimiento del nuevo elemento al que llamaron polonio, y a finales de ese mismo año el segundo, el radio. Fue en esta investigación donde dieron nombre a la “radiactividad”. También en estas fechas, Marie empezó a manifestar una hinchazón en los dedos que sería el primer síntoma del “síndrome de irradiación aguda”.

El matrimonio Pierre y Marie Curie en 1903

En los siguientes años publicaron los resultados de sus investigaciones, entre ellas que la exposición al radio de dañaba las células tumorales más rápido que las sanas. En 1900 fue la primera mujer en ser nombrada catedrática de la Escuela Normal Superior y la Academia de Ciencias de Francia comenzó a financiar sus investigaciones. Empezaron también a llegar diferentes premios y obtuvo el doctorado cum laude en 1903, fecha en la cual la Real Institución de Gran Bretaña invitó al matrimonio a dar una charla sobre la actividad, pero solo permitieron hablar a Pierre. También empezaron a manifestar problemas de salud, aun no relacionados con sus investigaciones.

Este trabajo le valió su primer Premio Nobel de Física, compartido con su marido y con el director de su tesis, Henri Becquerel. En un principio solo se iba a dar a los dos hombres, pero uno de los miembros de la academia avisó a Pierre y este dijo que rechazaría el premio si su mujer no se llevaba también los honores. De esta forma se convirtió en la primera mujer en ganarlo. Pero no fueron a recibirlo en persona hasta dos años más tarde, debido en parte al estado de salud de Pierre.

Aunque la prensa se hizo eco de sus descubrimientos y a Pierre se le ofrecieron mejores puestos de trabajo y un laboratorio nuevo, el papel de Marie tendió a minimizarse o directamente ignorarse tanto por su condición de mujer como de extranjera.

Grabado del accidente de Pierre Curie

Pero la radiactividad no fue lo que acabó con Pierre. En 1906 lo atropelló un carruaje y la caída le produjo una fractura mortal en el cráneo. La muerte de su esposo afectó mucho a Marie y sufrió una depresión, pero siguió trabajando. El Departamento de Física de la Universidad de París le ofreció a ella el puesto que iba a ocupar su esposo y lo aceptó, convirtiéndose en la primera mujer tanto con un puesto de profesora allí, como de directora del laboratorio.

En los siguientes años continuó sus investigaciones sobre el radio y fue aceptando puestos en distintas sociedades científicas. Pero tal como crecía su popularidad en el ámbito científico, decrecía la personal. La prensa se cebaba con ella por ser polaca y se difundió una relación que tuvo, ya viuda, con un antiguo alumno de su marido más joven que ella y casado. La presión social llegó al punto de encontrarse con una muchedumbre delante de su casa y tener que refugiarse con sus hijas en la de un amigo.

En 1911 ganó en solitario el Nobel de Química una vez más por el descubrimiento de los dos nuevos elementos, y esta vez también por el aislamiento del radio. Pero tanto ella como sus hijas limitaban las exposiciones públicas y viajaban de incógnito.

Marie Curie en una de las unidades móviles de Rayos X

Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Marie creó unidades de radiografía móviles para estar junto a los hospitales de campaña y ayudar a los médicos a atender a los heridos. Llamó a ese Diseño “ambulancias radiológicas”, e incluso fue una de las primeras mujeres en conseguir carné de conducir para poder llevarlas personalmente. Tras la guerra quiso vender sus medallas y el dinero de sus premios al Estado para ayudar en la recuperación financiera del país.

En 1934 murió por una anemia aplásica debido a su prolongada y continuada exposición a la radiación. El desconocimiento de los efectos nocivos de la radiactividad hizo que su trabajo se desarrollara sin ninguna medida de seguridad. Era habitual que llevara los tubos con isótopos radiactivos en el bolsillo o los guardara en su escritorio. Tanto ella como sus trabajos escritos, que a día de hoy se han de conservar en una caja de plomo y consultar con un traje especial.

Marie fue enterrada inicialmente en el cementerio de Sceaux junto a Pierre, pero los restos de ambos se trasladaron en 1995 al Panteón de París.

 


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Elías Viana, Marta: Marie Curie, la vida por la ciencia (7 de marzo de 2018), en La Misma Historia [Blog]. Recuperado en: https://lamismahistoria.es/marie-curie/ [Consulta: fecha en que hayas accedido a esta entrada]

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